GETAFE/Palabra de concejal (30/04/2018) – Voy a comenzar mi artículo de opinión pidiendo disculpas a quienes siguen esta sección y me dedican unos minutos de su tiempo. Disculpas, porque nuevamente tengo que repetirme en mi ya tan habitual indecisión para elegir el tema a desarrollar.
Estoy comenzando a pensar que no soy yo, que es la actualidad quien se empeña en ponérmelo complicado con ese cúmulo de noticias que se suceden, a tal velocidad, que difícilmente podemos elegir en cuál detenernos.
En los últimos días, el máster de la ya expresidenta de la Comunidad de Madrid, su dimisión; la imputación de Alberto Ruiz Gallardón por el caso Lezo; la sentencia de ‘La Manada’ y, en lo local, el Pleno del Ayuntamiento de Getafe son tal vez, los temas más sonados de cuantos nos han rodeado.
Espero que no se me malinterprete al poner en el mismo párrafo la polémica sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra y el Pleno Getafe. No es comparable la alarma y la indignación social que ha causado la sentencia a lo ocurrido en el Pleno de Getafe, desconocido salvo para las pocas personas que siguen la política local.
Simplemente he incluido el Pleno porque, aunque en menor escala, ha tenido también un punto de burla hacia la ciudadanía.
Esa burla que vemos cuando alguien se autonombra azote de la corrupción y regeneradora de un partido que supura casos de corrupción. Esa persona que preguntada sobre la situación del presidente de Murcia aseguraba: «Si yo fuera investigada formalmente por un asunto de corrupción, dimitiría» pero que no ha dudado ni un segundo en mentirnos, ni en mostrarnos unos “documentos” que acreditan ese máster conseguido sin ni tan siquiera pisar una clase arrastrado con ello a la Universidad Rey Juan Carlos por el fango.
Díganme ustedes si no era una burla a la ética y al respeto que como ciudadanos merecemos los madrileños y madrileñas, las palabras de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, en la convención del partido en Sevilla llamando a “defender lo nuestro y a los nuestros”. El partido como fin último.
Nosotros, quienes vivimos en la Comunidad de Madrid, llevamos demasiados años viendo cómo es esa forma de hacer política. Comenzó con el Tamayazo y desde entonces son ya muchos años salpicados por la corrupción, veremos si somos capaces de terminar con esta espiral. Por lo pronto, el último capítulo es que la expresidenta no ha dejado su acta de diputada manteniendo así su aforamiento.
Retomando la mención que hacía a la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra sobre el caso de ‘La Manada’, comenzaré diciendo que me solidarizo con la víctima y me parece que es una sentencia lamentable que pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar cómo se juzgan los delitos contra la libertad sexual.
Cuando hablaba de burla hacia los y las ciudadanas, estaba haciendo referencia a esas voces que opinan que la movilización social ocurrida a raíz de la sentencia, que esas reacciones espontáneas, deslegitiman al poder judicial.
Es cierto, que a la mayoría de nosotros –y estoy hablando como ciudadano, no como concejal- se nos escapan los pequeños matices del caso, que no somos doctos en leyes, mucho menos en jurisprudencia, todo eso es cierto. Como cierto es, que las reacciones de rechazo que se están extendiendo fuera de nuestras fronteras vienen dadas por el sentido común. El mismo sentido común que nos dice que no es la judicatura la que está en peligro, quienes sí lo están son las mujeres.
En lo local, y retomando la idea que lanzaba sobre la burla del último pleno de Getafe, podría referirme a unas cuantas proposiciones presentadas a Pleno, como las presentadas por el grupo del Partido Popular, con la mayoría de sus miembros imputados, pidiendo dimisiones. Pero no, no son esas las que me han parecido una burla, es la presentada por ese grupo para sobre el centro especial de empleo El Apeadero Urbano.
El Apeadero Urbano, al igual que otras empresas públicas de todo el país, se encuentra en el punto de mira del ministro Montoro y su plan de ajustes que exige liquidar las empresas que hayan tenido pérdidas, sin importar que se dediquen a la limpieza, el transporte urbano o como en este caso un centro especial de empleo.
Lamentablemente, me he extendido mucho en el artículo y debo ir terminando. Por otra parte, el tema es lo suficientemente importante como para dedicarle un futuro artículo. En este, no me queda más que decirles que, allá donde estén, disfruten del puente y participen en las manifestaciones del 1 de mayo, y si se encuentran en Madrid, disfruten de las fiestas.