GETAFE/Palabra de concejal (23/04/2018) – En Ciudadanos siempre hemos afirmado que nuestra intención es hacer política de una forma diferente. Es lo que llamamos hacer “política útil”, que no es otra cosa más que atender a las necesidades reales de las personas y trabajar con eficiencia para cumplir con las tareas propias de las instituciones en las que estamos representados. Si en algún lugar esta afirmación tiene mayor validez y sentido, es en los Ayuntamientos.
Yo formo parte del Ayuntamiento de Getafe en representación de un partido político, Ciudadanos, y por supuesto, este hecho marca la orientación política de mi trabajo. Pero cada día, cuando me dirijo a mi despacho, nunca olvido que lo primero que soy es concejal del Ayuntamiento de Getafe, que me paga con los impuestos de mis vecinos, y este hecho me confiere una serie de derechos y obligaciones ineludibles por mi cargo, por encima de adscripciones políticas.
Considero mi obligación, por encima de cualquier otra, que este ayuntamiento funcione y lo haga bien, es decir, que preste los servicios municipales a los vecinos con eficiencia, calidad y el mejor aprovechamiento de los recursos disponibles. Y si es posible, contribuir a que los vecinos de Getafe estén orgullosos de vivir y trabajar en nuestro municipio.
Por eso, para mí, aprobar unos presupuestos en cada ejercicio no es una elección, sino una obligación. Si aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Getafe fuese mi responsabilidad desde un Gobierno municipal, no me levantaría de la mesa con los diferentes grupos políticos, juntos o por separado, hasta conseguir un acuerdo. Esto es lo normal en gran parte de la cultura europea. En la mayoría de países de nuestro entorno, no es concebible que dos se sienten a una mesa a negociar sobre un tema que afecta al bienestar de las personas, y se levanten de ella sin un acuerdo, que podrá ser mejor o peor, más o menos ambicioso, incompleto o parcial, pero en cualquier caso, un acuerdo.
Sin embargo, en el Ayuntamiento de Getafe, parece que nadie comparte esta opinión. Lo que parece es que para PSOE, PP y AG, la falta de acuerdo presupuestario es una victoria, para poder echarse las culpas unos a otros, presumir de las maravillosas cosas que cada uno haría, aunque sean inviables y, en definitiva, para poder utilizar los presupuestos como un espacio más donde escenificar su estéril rifirrafe político. Y mientras tanto, la casa sin barrer.
En el peor de los casos puedo entender, incluso, que suceda un año. Es posible que unas determinadas circunstancias hagan imposible un acuerdo por una situación política concreta. Pero no se me ocurre con qué cara vamos a decirles a los vecinos de Getafe que no fuimos capaces, entre 27 concejales, de sacar unos presupuestos adelante en 2017, que en 2018 tampoco y que, con toda seguridad, en 2019 menos todavía, que es año electoral.
Y unos presupuestos son algo muy importante. Cada ejercicio con presupuestos prorrogados perdemos la posibilidad de invertir unos recursos (millones de euros), de los que disponemos por ingresos, para mejorar la vida de los getafenses, perdemos la posibilidad de definir los gastos en función de las necesidades reales en estos momentos, no de las de 2016, perdemos financiación de otros organismos e instituciones como Europa o la Comunidad de Madrid a los que no podremos acceder sin partida presupuestaria aprobada y abocamos al Ayuntamiento a complejos trámites administrativos con presupuestos prorrogados que se traducen en pérdidas de esfuerzos, tiempo y dinero.
Al final, todo esto significa no poder acometer el Centro de Día que tanto esperan nuestros mayores, formación para nuestros desempleados, más policía local en nuestras calles, escuelas infantiles y un largo etcétera de mejoras para todos.
Y a la pregunta ¿a alguien le importan los presupuestos de Getafe?, la respuesta es que parece que a unos sí y a otros no. Al Gobierno del ayuntamiento de Getafe parece que no. En mi opinión, no se los han peleado lo suficiente. Han buscado un apoyo incondicional que no van a obtener. Eso es imponer, no negociar.
A Ahora Getafe, tampoco le importan. Pocas veces he visto una prueba de irresponsabilidad política mayor que apoyar una investidura para después boicotear y así poder criticar. Ya nos lo sabemos: cuanto peor, mejor para algunos que creen que así desgastan y ganan votos y sillones, lo único que les interesa como hemos visto en las peleas entre Íñigo Errejón y Pablo Iglesias.
Y en el Partido Popular ni siquiera se les ha ocurrido la posibilidad de negociar unos presupuestos con el partido socialista. No es no; ya se sabe, aunque Rajoy y sus ministros no dejen de apelar cada día a la responsabilidad del partido socialista en relación a los Presupuestos Generales del Estado. Consejos doy que para mí no tengo.
A quien sí le preocupan los presupuestos del Ayuntamiento de Getafe es a los vecinos de Getafe por todo lo que he querido explicar en este artículo. Y a nuestro grupo municipal de Ciudadanos también nos importa, y mucho. Por eso, llevamos al Pleno de abril una proposición requiriendo a todos los grupos municipales para llegar a un acuerdo de mínimos que permita dar, al menos, una solución práctica a este problema. Con la menor carga política y el mayor criterio técnico posible ante una situación que nosotros consideramos excepcional con dos y, probablemente, hasta con tres años seguidos con presupuestos prorrogados.
El acuerdo es un mandato de los vecinos como reflejaron en las urnas en 2015, y la aprobación de unos presupuestos en 2018, una obligación de los concejales que formamos el Pleno del Ayuntamiento de Getafe. A ver si estamos a la altura.