GETAFE/Palabra de concejal (12/03/2018) – Está demostrado que una sociedad en la que los poderes políticos están repartidos, en la que el gobierno rinde cuentas, escucha a la ciudadanía y basa su modelo político en la transparencia, es una sociedad que avanza y progresa. Estos son al menos los pilares básicos hacia una democracia real.
Sin embargo, todas estas premisas siguen constreñidas por el gobierno del PSOE en nuestro municipio. En 2017 el Ayuntamiento de Getafe subió hasta el puesto 44 en el ranking de transparencia compuesto por 110 ciudades de España, según los datos del observatorio de Transparencia Internacional, pero sin alcanzar el vertiginoso ascenso de Madrid, gobernada por Ahora Madrid con Manuela Carmena a la cabeza, que se encuentran en el puesto número 1. Precisamente uno de los talones de Aquiles de Getafe es el acceso a la información, hecho que Ahora Getafe corroboramos y llevamos denunciando desde que entramos en la institución.
Desde que echó a andar la presente legislatura, nos sobran dedos de una mano para contar las veces que el gobierno de Sara Hernández nos ha facilitado la información solicitada dentro del plazo máximo de 5 días marcado por ley. Información relativa a expedientes, contratos, etc., de asuntos de interés público, necesaria para realizar nuestro trabajo.
Pero esto no es todo. El mismo gobierno también impide y controla a los concejales y concejalas de la oposición el acceso para hablar con trabajadores y trabajadoras, funcionarios y funcionarias del Ayuntamiento, de una administración pública de todos y de todas. Increíble en pleno siglo XXI, después de 40 años de democracia, ¿verdad?
Como si de una película del maestro Berlanga se tratase, la alcaldesa se apropia en minoría de todos los recursos públicos de Getafe y los maneja a su antojo. Sume a Getafe en el oscurantismo y comete un posible abuso de autoridad mermando los derechos al pueblo de Getafe. Y me refiero al pueblo por recordar que nuestro régimen democrático es representativo; ya me gustaría estar analizando en este artículo la democracia participativa en Getafe, pero ¿qué podemos esperar cuando ni la representación democrática está garantizada?
Todos los concejales y concejalas somos, desde la legalidad, representantes de la soberanía popular, y como tales debemos apoderarnos de la dignidad de esa representación. La labor de los concejales de la oposición es la de control y fiscalización del gobierno local, y más en un país en el que la tónica en muchos Ayuntamientos es la de la corrupción y el clientelismo, por lo que, una alcaldesa, como máximo cargo público municipal, ostenta también la responsabilidad para que todos los concejales y concejalas podamos acceder a todos los asuntos del Ayuntamiento, sin obstáculos y sin excusas.
Todo ello en virtud del artículo 23.1 de la Constitución española, que indica que “los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”.
Sin embargo, la última escena “berlanguiana” ocurrió la pasada semana. Como concejala solicité una reunión a los equipos directivos de las escuelas infantiles municipales, para conocer de primera mano los graves problemas derivados de la falta de maestras y maestros a consecuencia de la pésima gestión de la Delegación de Recursos Humanos. Diez minutos antes de acudir a una de las citas concertadas, el Gobierno impidió que se celebrase alegando que los concejales “de la oposición” han de comunicar estas entrevistas previamente a los concejales “de Gobierno”, convirtiendo en privilegio un derecho fundamental.
Una vez más Sara Hernández vuelve a “hacer de las suyas”. Ya no sólo se conforma con ejercer el papel de la oposición a la oposición, ahora asume el de la oposición al pueblo de Getafe. No le parece suficiente con no gobernar para todo el pueblo getafense, como en más de una ocasión le hemos reprochado en el Pleno del Ayuntamiento, sino que impide derechos constitucionales a toda la ciudadanía de Getafe.
Con el mismo objetivo con el que emergió nuestra candidatura municipalista de luchar por una democracia más sana y madura, y en virtud de lo que Getafe merece, estamos trabajando para que el Reglamento del Pleno, que se logre aprobar próximamente, recoja las herramientas necesarias que impidan a cualquier partido político en el gobierno atacar de este modo la transparencia.
“Sra. Hernández, con sus formas usted no le está impidiendo el acceso a la información a una vecina más, usted está impidiendo la transparencia a las más de 20.000 personas que representa el grupo municipal al que pertenezco. Usted está impidiendo que Getafe avance, usted está impidiendo que Getafe progrese, y como alcaldesa que es, le debe a su pueblo una explicación”.
Nautilus
13 marzo, 2018 at 17:54
Es una forma habitual del PSOE de este pueblo.Intentar que el acceso de la oposición a los/las trabajadoras pasen por su beneplácito.Pero es un deber de trabajadoras y oposición de saltarse está manipulación.Con respecto a la transparencia AG debería derogar el Reglamento del Grupo que da todo el poder a las concejalas hurtando la soberanía de sus adscritos.
Felipe
13 marzo, 2018 at 8:34
Es cierto que las prácticas de Sara Hernández son lamentables y continuadas. El cargo la viene grande eso está claro. Pero lo vuestro es peor, porque estando en la oposición habéis puesto en marcha las mismas prácticas en vuestro propio partido, ocultando el acceso de información a sus militantes hasta el punto de que la gente ha pasado de vosotros y os habéis quedado sólo. El daño que le habéis hecho a la izquierda de este pueblo es irreparable así que, por favor, no deis lecciones de transparencia.
Gorgonio IV
12 marzo, 2018 at 12:52
Independientemente de la evidente, en algunos casos, falta de democracia de este gobierno municipal, no parece que sean ustedes, (los concejales de Podemos de lo que en origen fue una Candidatura de Unidad Popular para convertirla finalmente en una Caricatura de Unidad Popular en la que ustedes nadan a su gusto) los más indicados para dar lecciones de democracia participativa. Señora Esteban, mire en «su casa» antes de criticar la ajena.