GETAFE/La voz de la experiencia (19/03/2018) – Como todos ustedes saben, la mayoría de las personas suelen contar la feria no según les va, si no según les conviene, esto es quitando o poniendo un poquito de aquí o de allí, incluso adornándolo, y aunque no sea algo que nos guste, solemos tolerarlo sin sacarle los colores a nuestro interlocutor. Esta actitud tolerante por lo intrascendente, con vecinos, compañeros, amigos o familiares, deja de ser tolerante por lo trascendente, en casos importantes de responsabilidad que puedan incidir en el desarrollo de nuestras vidas, podríamos incluir un médico poco claro o falto de profesionalidad, un abogado que solo te cuenta las ventajas, o cualquier otro profesional que te esconde la mitad de las cartas.
El ejemplo más palpable que estos días estamos sufriendo, es el maniqueo a que están sometiendo, por parte de casi todos los políticos, a las pensiones, tema crucial y fundamental para 10 millones de españoles y sus familias, sobre cómo y porqué suben o no las pensiones con el IPC. Y lo que es más importante, que pasará en años venideros, con estos más los futuros pensionistas.
Muchos podríamos entender que el Gobierno, para evitar un crac bancario y que millones de ahorradores lo perdieran todo, pusiera miles de millones, sobre todo porque se nos dijo que esto era como un préstamo temporal, y que más bien pronto que tarde, lo liquidarían hasta el último céntimo, cosa que no solo está por ver, si no que está visto para sentencia: o sea ha sido a costa de todos los españoles.
Más reciente, nos hemos encontrado con una serie de grandes y poderosa empresas, que se dedicaron durante años a multiplicar sus ganancias haciendo casas y autopistas, y al llegar la crisis, cerraron las que quisieron, dejaron en la calle a millones de trabajadores, que muchos de ellos jamás encontraron otro trabajo y que después de agotar prestaciones, sus ahorros y los de algunos familiares, han perdido sus casas y han terminado abocados a una jubilación indigna y escasa por falta de cotizaciones en los últimos años. Y ahora les cuentan que sus escasas pensiones, solo se les puede subir un 0,25 porque no hay dinero para todo.
Hay que tener poca vergüenza, y una cara más dura que el cemento armado, para utilizar esa retórica entre la dialéctica y la realidad, hasta el punto de sacar pecho, dado que ellos no han congelado las pensiones, y sería verdad con que las hubieran subido un solo céntimo, pero todos sabemos que esta media verdad es una gran mentira. La verdad real es que, si una familia el año pasado cobraba 800€, con los que ajustadamente pagaba el agua, la luz el alquiler y la alimentación, y si este año, para cubrir esas mismas necesidades necesitaran 900€, todo lo que fuera menos de esos 900€ no sería considerado como subida, sino bajada.
Todos los parámetros de todos los estudios realizados en España y extranjero, dicen que cada vez es mayor la desigualdad, que ha aumentado la pobreza familiar. Es necesaria una mejor redistribución de la riqueza para reducir las desigualdades, eliminar el riesgo cierto de pobreza extrema y cualquier gobierno que se precia, debe conseguir que toda persona tenga una vida digna.