Dice un medio que al alumnado del centro donde la niña (8 años) estudiaba le han contado lo sucedido, a cada cual según su edad ¿Cómo explicar a una criatura algo que ninguna persona adulta somos capaces de comprender?
No podemos comprender que un padre se crea con derecho a arrebatarles a sus hijos la vida. No podemos comprender qué le hizo pensar que estas criaturas, sus hijos, no tenían derecho a vivir más allá de él. No podemos comprender qué lleva a este hombre, su padre, a pensar que son de su propiedad y puede disponer de ellos hasta el punto de asesinarlos.
Un pensamiento nos golpea la cabeza: ¿por qué no se suicidó antes?
Hay quienes teorizarán sobre ese supuesto “altruismo” que supone matar a los hijos por “compasión” porque así les evitaran el sufrimiento de vivir sin su presencia y soledad cuando él se suicide. Otros recurrirán a teorizar sobre la venganza contra la madre, quitándole lo que más quería: esos hijos que desearon y que tal vez ahora odia por ser parte de la otra persona.
Pero lo que no se merecen estas criaturas, ni ninguna de las otras víctimas (los menores y sus familias) de las tragedias que últimamente hemos vivido, que alrededor de su muerte se aposten una bandada de buitres, con la excusa de informar, para sacar girones de su entorno hasta límites vergonzantes con el único fin de aumentar la audiencia y rentabilizar los asesinatos.
Siempre volvemos al mismo concepto ideológico del patriarcado brutal que atraviesa la sociedad que supone que tanto las mujeres como los hijos son propiedades y se puede hacer con esas propiedades lo que se quiera: lo que el padre/amo decida sobre sus vidas.
A algunos representantes de determinado ámbito ideológico esto les vienen muy bien, se ponen la medalla y la lagrimita correspondiente para hacer las declaraciones que les resultan más convenientes a sus fines e intereses políticos para llevar a un debate (“manipulado”) sobre la “cadena perpetua”, “la prisión permanente revisable” incluso “pena de muerte”. Hablan de cada asesinato como si no tuviera relación con todo lo demás, como si fueran un caso aislado en el que no tienen ninguna responsabilidad.
Solo la educación, tanto individual como social en derechos e igualdad, solo la reeducación pondrá el foco en el auténtico problema de una sociedad cada día más enferma.
No sé a quién corresponde determinar la motivación de estos asesinatos, está clara la determinación y premeditación para llevarlos a cabo.
El niño fue alumno en la Escuela Infantil pública, se integró, dio sus primeros pasos, fue aceptado en su diversidad, le quisimos, le animamos, nos reímos, aprendimos cosas junto a él, años después, su madre compartió con nosotras la alegría de tener una hija y hoy lloramos por los dos. Descansen en paz.
josé Valentín
28 marzo, 2018 at 21:45
Muy acertada tu reflexión Angeles. Efectivamente en estos casos extremos siempre hay una conjunción de muchos factores, educativos, económicos, religiosos, sociales y finalmente hay un factor personal de quien finalmente actua y, por lo tanto, asume la responsabilidad directa e ineludible de sus actos…Por ello, como tu dices, hay que actuar sobre esos factores que son los únicos que están en nuestra mano paliar. Cuanto menos «factores de riesgo» haya, mas situaciones criticas podremos evitar.