SPMQFH

GETAFE/La piedra de Sísifo (06/02/2018) – Cuando me siento al teclado hoy, con el radiador a mi espalda ganándose el sueldo, la predicción meteorológica para esta semana se mueve en el rango que abarca desde Preocupante hasta Dantesca, según la fuente de información que consultes. Eso se traduce en que, si damos por cierta la máxima de “cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo”, el susodicho grajo no vuela, repta por los subterráneos de Metrosur.

La lengua castellana es muy rica en términos y expresiones para todo y, cómo no, para el frió también, además, nuevas y modernas incorporaciones se unen a la variada forma de denominar esta situación meteorológica. Así, estos años pasados cobró vigencia la enrevesada “ciclogénesis explosiva” que, cierto es, acojonaba un poco; para suavizar sus efectos sicológicos, desde este año se les ha puesto nombre de persona e irán discurriendo por nuestros telediarios en riguroso orden alfabético, desde Ana a Zacarías. Pero esto no es nuevo, es una sucesión de fenómenos que se resumían en las siglas SPMQFH (Su Puta Madre, Qué Frío Hace) y hacía las delicias de los desplazamientos en ascensor, aunque los más puristas y austeros en el lenguaje lo resumían en una sola palabra, invierno.

Aun así, nos quejamos por todo: si hace calorcito, porque no es lo apropiado para estas fechas, porque hay mucha sequía, porque sube la contaminación o porque las tiendas dedican a camisetas el espacio, hace no mucho, destinado a los abrigos; si llueve porque molesta, se hace incómodo salir de casa, el tráfico se enajena y se montan unos atascos kilométricos a la que caen cuatro gotas; si nieva queda todo muy bonito hasta que tienes que coger el coche y muestras al mundo tu impericia y falta de previsión, ya seas conductor de medio pelo, camionero experto, director de la DGT o Ministro del Interior. Es caso es que todo nos estorba y nada nos vale.

Así que, ya lo sabes, abrígate, procura no conducir si no lo tienes claro, usa el transporte público ahora que parece que la huelga de Avanza se acerca a su final o, directamente, imita al grajo y coge el metro. No escatimes con la calefacción en casa, aunque el sueldo miserable de tu trabajo precario no te alcance, que ya te lo agradecerán desde su yate fondeado en cálidas ensenadas caribeñas, los gerifaltes de las compañías energéticas.

Espero, confío y deseo que este artículo tan convencional no haya molestado a esos políticos de salón, con piel ultrasensible, que no aguantan una avispa en un párpado, que no saben ver una crítica política legítima aunque le pongan un chaleco reflectante y se empeñan en decirle a los demás sobre qué tienen que escribir y cómo deben hacerlo. A todos esos que, aunque no enciendan la calefacción, están calentitos en sus despachos porque se caldean entre ellos a bofetada limpia. A ellos y a los demás, abrigaos, que parece que refresca.

Sed felices.