GETAFE/Palabra de concejal (12/02/2018) – Hoy, como cada día que pasa, no toca hablar de la brecha salarial, o al menos, eso piensa el presidente de nuestro país. Por suerte, no todos le hacemos caso, así que para Ciudadanos hoy sí toca hablar de igualdad salarial.
Toca como cada día que pasa en el que una mujer cobra menos que un hombre por realizar el mismo trabajo. Como cada día que una mujer accede a un puesto de trabajo precario o, lo que es peor, cada día que una mujer no accede a un puesto de trabajo por su condición de ser mujer a pesar de estar sobradamente cualificada.
Toca y tocará hablar de brecha salarial hasta que desaparezca por completo y para ello, aunque a algunos no les guste, hay que ponerse en marcha y meterse hasta el fondo, no solo legislando, aunque sea una parte muy importante, sino también haciendo cumplir las normas existentes.
El derecho a la igualdad salarial y a la no discriminación retributiva es un derecho que ya está reconocido tanto en la Constitución Española como en el Estatuto de los Trabajadores, sin embargo, esto no es suficiente y está claramente alejado de la realidad.
Por eso se hace necesaria una regulación que luche contra la brecha salarial que crece cada año en nuestro país. Desde Ciudadanos hemos impulsado diferentes medidas para acabar con la enorme discriminación laboral que sufren las mujeres y que no se circunscribe únicamente a la desigualdad a nivel salario, ya que implica también una mayor precariedad laboral, barreras para acceder a puestos directivos e incluso acoso en el propio puesto de trabajo.
El último objetivo cumplido e impulsado por Ciudadanos ha sido el de ampliar el permiso de paternidad. Una medida que busca igualar en derechos a hombres y mujeres, así como fomentar la conciliación familiar, lo que ayuda a eliminar las barreras de las mujeres para ascender o acceder a puestos de trabajo.
La igualdad no se construye sólo a través de normas sancionadoras, aunque a menudo se hagan necesarias. La introducción de un modelo que permita la conciliación laboral, normas que igualen eficazmente los derechos de hombres y mujeres, y la existencia de herramientas que favorezcan las denuncias de acoso laboral, resultan imprescindibles para comenzar a vislumbrar una igualdad real y el fin de la brecha salarial.
Aunque para otros no toque, para nosotras toca todos los días.