GETAFE/Tribuna con acento (20/11/2017) – Acaba de aparecer el libro de estilo de la Cadena Ser con el título de EN ANTENA. El grupo Prisa fue el primero en publicar un libro de estilo para la redacción de “El País” hace ya más de 20 años. En este, orientado a la radio en el prólogo, Vicente Jiménez Navas, director de la cadena expresa tres afirmaciones dignas de reflexión:
Respecto a la primera consideración, efectivamente, en un gran número de países, la preocupación principal de sus poblaciones es sobrevivir y no la democracia. En cualquier caso, habría que ver que los medios no son la víctima colateral de la crisis de la democracia sino su colaborador “necesario”. Son precisamente los grandes medios los que arropan al sistema y los que cierran y niegan cualquier alternativa a un sistema que efectivamente, no resuelve los problemas de la mayoría de la población.
En el segundo párrafo se ratifica bien esto. ¡Fuera caretas!, el director de la SER defiende que su principal papel es la “conformación de la opinión pública”. Es decir, no la exposición de la verdad, no la exposición de los hechos y los acontecimientos, sino conformar (deformar diría yo) la opinión pública. Esto no es una novedad, como ejemplos recientes hemos visto la guerra del grupo Prisa contra el “No es No” de Pedro Sánchez o su escarnio permanente con Podemos. Lo novedoso es que se escriba literalmente por el director de la cadena en el prólogo del “libro de estilo”.
En su reciente discurso de despedida como presidente del Grupo Prisa, José Luis Cebrián expresaba que “conservar la independencia es fundamental para la supervivencia del Grupo”. Me pregunto: ¿Independencia de quién? ¿Es independiente de la banca?, ¿del Gobierno?, ¿de los grandes grupos industriales a la sazón su principal fuente de ingresos publicitarios? Creo que esa independencia la han perdido ya hace mucho tiempo los grandes grupos mediáticos. Y con ello han perdido la defensa, o al menos, la publicación de la verdad. Convierten las noticias en los instrumentos de la “conformación de la opinión pública” y conformarán las noticias en función de ese objetivo.
En el tercer punto “avisa” de la proliferación de noticas falsas en las redes. Este hecho, que todo hace prever que irá en aumento, es real, pero oculta que en la mayoría de los casos las fuentes “originales” de esas informaciones proceden precisamente de los “medios serios”. Si las noticias no procediesen del ABC, La Razón, OKDiario, El País o El Mundo, no obtendrían la difusión que tienen. Son, por lo tanto, las políticas de “conformar opinión” de los grandes medios las responsables que de la ciudadanía tenga cada vez más difícil saber cuál es la verdad de los hechos independientemente de las valoraciones que cada uno quiera hacer de ellos.
En este contexto, la búsqueda de la verdad, como elemento base para la toma de posicionamiento, se convierte en una tarea imprescindible pero cada vez más difícil.
El otro día un amigo me mandaba este gráfico. “La verdad es relativa”, me decía. Falso. Lo que el dibujo muestra es la relatividad de los observadores. La verdad existe: hay un cilindro que recibe la luz desde dos fuentes distintas y generan dos figuras distintas.. pero hay una verdad. No tres verdades. Recuerdo el juego de niños de hacer sombras sobre la pared con las manos. Conejos, elefantes, gatos, perros, muchas sombras pero siempre las mismas manos.
Parece que los grandes medios apuestan por las sombras. Porque contra las sombras es difícil luchar. La verdad, la verdad, se deja para otro día.
Antonio Calvete
26 noviembre, 2017 at 9:57
Permítanseme dos apuntes.
Los medios siempre han sido conformadores de opinión; el problema no es que lo sean, sino cómo lo hacen. Si lo hacen mediante la información veraz y objetiva están proporcionando a los lectores/oyentes/televidentes/etc. la herramienta necesaria para que formen su propia opinión. Por tanto, sería más correcto, eso sí, que dijera “…nuestra tarea fundamental es la contribución a conformar la opinión pública mediante la información veraz y objetiva”.
Y en cuanto a la independencia. Seamos serios, eso es una utopía que todo profesional, que pretenda llamarse a sí mismo periodista, debe perseguir pero con la conciencia clara, los periodistas y los lectores, de que detrás hay una empresa cuyo objetivo es obtener beneficios, no publicar la verdad; la independencia debemos reclamarla a los periodistas muchos de los cuales llegan a jugarse la vida por darnos a conocer la verdad, no a las empresas. Por eso, cada cual elegimos que periódicos leemos y a qué periodistas damos crédito.
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jesus bejar
20 noviembre, 2017 at 10:39
sensato y correcto como siempre