GETAFE/El rincón del lector (27/11/2017) – Hace unos días, comentando este problema con un mando de la Policía Nacional, me dijo: “En contra de lo que mucha gente cree, los ladrones no son gilipollas. Cuando van a robar a un sitio y ven que se acerca una patrulla, se esconden hasta que ha pasado. Se nos dio un caso en Los Molinos en que, desde que pasó la patrulla por la puerta del bar, hasta que nos avisaron porque había saltado la alarma, transcurrieron cuatro minutos. Cuando llegó el coche dos minutos después, en el local ya no quedaba nadie y se habían llevado lo que tenían a mano: bebidas, tabaco, lotería…”.
La inseguridad ciudadana, así como la limpieza, son dos temas recurrentes para agitar la visceralidad del ciudadano por lo desagradecidas que son hacia sus responsables: Solo reparas en ellas cuando las echas de menos. Además, tienen un componente muy alto de subjetividad, porque cada uno lo valora según le va, y son objeto fácil de manipulaciones interesadas. El caso de la racha de robos en locales de Los Molinos está afectado de algunas singularidades que, al menos, conviene conocer:
Desafía las leyes de la naturaleza: Existen ínfimas probabilidades de que un rayo caiga dos veces en el mismo sitio. En Los Molinos, los chorizos han repetido faena, varios días, casi consecutivos, en los mismos locales. En una especie de ensañamiento que raya la inquina personal.
La (in)justicia es ciega: Del mismo modo en que la Triple A, Asociación de Amigos de lo Ajeno, ha insistido de forma contumaz con algunos locales, otros ni los ha tocado. Quizá algunos tengan sofisticados sistemas de seguridad (¿cómo lo saben?) pero otros no, solo un cierre convencional y punto. Dato que es, al menos, digno de estudio.
Delincuencia Mass Media: Pareciera que hay un hilo directo entre la comisión de los delitos y los periodistas de guardia en determinados medios de comunicación, porque se presentan en los locales asaltados a la voz de YA, y además en riguroso orden; ahora Telemadrid, ahora Antena 3, … y ya se han popularizado determinadas imágenes (espectaculares, sin duda, pero repetidas una y otra y otra vez) de hechos sucedidos hace dos años pero en poco o nada relacionadas con el modus operandi actual. Cualquier mal pensado diría que a alguien le interesa para “vender” el producto mediante su propia agencia de noticias, es decir, que se aprovecha de la desgracia de los demás para sacar beneficio propio. Afortunadamente, no es así… porque no lo es ¿verdad?
Pero no nos despistemos, el foco hay que ponerlo directamente en los delincuentes y en sus acciones, no en otras cuestiones, casuales o no, que haya alrededor. Nos consta que las Policías (Nacional y Local) se están empleando a fondo para dar con estos tipos y ponerlos a disposición de la Justicia. Alguien, sin duda fruto de su propia desesperación como víctima, dirá “pues no se ven los resultados ni se les ve a ellos”. Por lo que dicen los que saben de esto, hay razones obvias para no contar qué dispositivos hay en marcha, de quién sospechan, suponiendo que ya haya candidatos, ni cuáles serán sus siguientes pasos. Solo desear que sean capturados lo antes posible, la tranquilidad vuelva a las calles y la seguridad regrese a ese espacio de anonimato donde debería permanecer siempre. Hasta entonces, extrememos las precauciones para no ponérselo fácil.