GETAFE/El rincón del lector (15/11/2017) – Recibí la noticia de la dimisión del Concejal de Educación, mientras nuestro grupo de radio de la Asamblea Ciudadana, emitía un programa sobre participación municipal, en la emisora de Getafe Radio. Mi primer impulso fue pensar que los movimientos sociales de Getafe perdíamos un interlocutor dialogante, un político competente.
Conocí a Álvaro hace ya algunos años, cuando empezaba a dar sus primeros pasos como docente en la enseñanza pública. Se acercaba al movimiento de renovación pedagógica Escuela Abierta, con la modesta actitud de aprender y de contribuir a la construcción de un modelo de Escuela Pública al servicio del pueblo.
Durante su corta trayectoria política hemos coincidido en numerosas ocasiones, desde situaciones bien distintas, él como representante de la política educativa municipal y yo como integrante de la Plataforma por la Escuela Pública de Getafe, y por tanto partiendo de presupuestos no siempre coincidentes, ni fácilmente conciliables. Debo reconocer que, a diferencia de muchos políticos que cuando tocan poder se vuelven soberbios e intolerantes, Álvaro siempre mantuvo el interés por seguir aprendiendo, por escuchar, por aceptar las posiciones de la otra parte e incluso reconocer el valor de la experiencia de los que llevamos muchos años trabajando en el campo educativo.
Debo advertir que el poder siempre me produce una cierta desconfianza, que mantengo serias discrepancias con determinadas decisiones políticas del partido socialista, pero todo esto no me impide reconocer la apuesta decidida de este concejal por la enseñanza pública, no dudando en enfrentarse a veces con las obsesiones privatizadoras del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Supongo que para muchos es difícil separarse del sillón consistorial y sustraerse a las lisonjas, siempre pasajeras, de los (y las) que detentan el poder, por eso me atrevo a aseverar con más razón que perdemos a un político honesto. Buena suerte Álvaro.