GETAFE/Reportaje (09/10/2017) – Hace 20 años, un 23 de abril de 1997, nacía en Getafe la Casa de Castilla y León. Primero en el centro cívico de Juan de la Cierva y luego en el local en el que creció y dio vida al recién nacido barrio de Getafe Norte. Un edificio en el que puso especial empeño el que ha sido presidente de la asociación durante este tiempo, Carlos Martínez Cosme y que ahora, tras años de «maltrato», ha decidido dar un paso atrás. Nadie ha querido coger el relevo: la Casa de Castilla y León desaparece.
«Desde 2007 no hemos recibido ninguna subvención, ni cultural, ni de carrozas ni de nada. Hemos sido la única entidad que hemos pagado un IBI que entendíamos que era injusto por un edificio municipal; además de un canon que sí era justo». Carlos Martínez Cosme lamenta el cómo se ha dejado morir el movimiento asociativo en el municipio. «No se dan cuenta de que esta ciudad no la han hecho los políticos, la hemos hecho las asociaciones, el movimiento social de Getafe. Tenemos unos políticos que no están a las alturas de las circunstancias: ninguno».
A los problemas económicos por un IBI que se negaron a pagar durante mucho tiempo, vino después la decisión del antiguo alcalde, Juan Soler «que se empeñó en que había que hacer una biblioteca en Getafe Norte», echando de su sede a la Casa de Castilla y León. «Todo para hacer una sala de lectura, ya que ni biblioteca se podía hacer». Les trasladaron a un local en la Avenida de las Ciudades «sin tener cafetería ni nada: no teníamos infraestructura para desarrollar nuestro programa. Se nos prometió que estaríamos poco tiempo». Pero los plazos se alargaron y no había visos de salida. Carlos decidió dar un paso atrás. «Se convocaron elecciones para ver si alguien quería seguir: por tres veces». Nadie quiso seguir sus paso. «Le he dedicado 20 años a la Casa de Castilla y León, y no puedo perder más tiempo: tengo familia y nieto. El dinero se puede recuperar pero el tiempo no».
La decisión definitiva se tomó este sábado, 7 de octubre, en una asamblea en la que los socios optaron por la única salida posible: la disolución. Sus abogados se encargarán de liquidar el patrimonio y el Ayuntamiento asumirá la gestión final de los activos y los pasivos de la Casa. En este momento contaban con 798 socios, aunque hubo épocas que «llegamos a tener más de 9.000».
En los recuerdos de su presidente muchos momentos buenos: la creación del club de ajedrez, de calva, del grupo teatro El Candil… Y su participación en todos los eventos municipales: desfiles de carrozas, de carnavales, las Águedas… Sin olvidar las afamadas citas gastronómicas, como el botillo o el cocido maragato. «Me quedo con lo bueno, con la gente que he conocido. Lo malo han sido los políticos, que creo que no valoran el trabajo que hace la gente en las asociaciones. El momento más duro fue cuando salimos de la casa. Dimos vida a un barrio, reivindicamos por el ambulatorio, actividades deportivas…». Carlos Martínez Cosme se siente orgulloso de sus vecinos. «Getafe me acogió con los brazos abiertos y estoy muy orgulloso de su gente».
Se retira de la primera fila de todo. «Dejo también la política. Si alguna vez tuve el sueño de querer cambiar un partido, fue uno de los mayores errores que he cometido». Seguirá colaborando con la Peña PCeros, y participando en todo lo que le llamen. Se cierra con la desaparición de la Casa de Castilla y León un capítulo de la historia de Getafe.