GETAFE/Akelarre (08/09/2017) – Mientras escribo este artículo siento lo mismo que cuando volvía al cole y tenía que hacer una redacción de cómo había sido el verano. Me encantaba volver a encontrarme con mis compañeras de los que me había despedido en junio antes de pasar meses en el pueblo. Hoy me alegra volver con vosotras.
Ojalá pudiera escribir todo lo bonito que ha sido el verano sin tener que lamentar asesinatos machistas, agresiones homófobas y espectáculos televisivos intolerables, pero no: esta redacción tiene que empezar recordando a nuestra vecina María Raquel Castaño, asesinada en Getafe el 2 de agosto y a otras tres mujeres asesinadas durante este mes. La lista de la vergüenza sigue subiendo ante la inacción de unos gobernantes más preocupados en desestabilizar países democráticos o quitarnos derechos que en defender las vidas de las mujeres: ¿qué es sino la democracia sin la garantía de la vida digna?
Si recordáis, en julio , justo antes de cerrar por vacaciones, terminamos con Juana Rivas. Su caso ha sido “el tema del verano” y las televisiones le han dedicado horas y horas de cobertura para seguir cómo se desarrollaba. Eso sí, no para plantearse si la legislación sobre custodia es beneficiosa para los niños o niñas, o si garantiza el bienestar de la mujer que ha sido maltratada y tiene que vivir con el miedo de entregar a los peques a su maltratador y a seguir controladas por ellos. No, durante estas semanas hemos visto cómo a un señor condenado por maltrato se le daba minutos en una televisión defendiendo “su derecho a ser padre” y cómo nos vendían que la violencia machista tenía dos versiones. Para rematar este despropósito, el maltratador ha denunciado ante la justicia italiana la “Ley de violencia de género” española -que tanto nos costó que se aprobara en el Congreso- porque le discrimina “por ser hombre”. No señor, no te discrimina por ser hombre, si no te juzga por ser un maltratador. De repente, la víctima se ha convertido en verdugo, y el verdugo en víctima.
Otro de los hechos que hay que lamentar de este agosto nos pilla también muy cerca, exactamente en La Alhóndiga. En la madrugada del 9 de agosto era agredido Rafa, mi compañero y amigo, por ser homosexual. Nos enteramos de lo ocurrido por un tuit donde él decía “Por ser diferente he sido agredido”. Y no, querido, fuiste agredido porque hay fascistas que odian la libertad y la alegría. La agresión a Rafa lamentablemente ya no podemos evitarla, pero sí podemos ponernos manos a la obra para que los fascistas, los que viven del odio y quieren que vivamos con miedo, no tengan cabida en nuestro municipio.
Como veis, este repaso al mes de agosto nos recuerda que tenemos muchas asignaturas pendientes y tenemos que trabajar todas y todos y codo con codo para acabar con estas lacras que nos devuelven a la quema de brujas.
Hablando de “quemar brujas”, este verano también se ha pasado por Madrid un referente del feminismo actual como es Silvia Federici y nos ha dejado un manifiesto “Por las mujeres asesinadas acusadas por brujería” que aquí os comparto para que reflexionemos.
PD: Aprovecho estas líneas para desear buena vuelta al cole a todas y a todos menos a Cifuentes y a su Gobierno. ¿Qué por qué? porque no ha garantizado a las niñas y los niños de Los Molinos un colegio al que ir” sin tener que llevar casco” o desplazarse en una larga ruta.