GETAFE/La piedra de Sísifo (05/09/2017) – Cómo pasa el tiempo, y no lo digo por el veloz transcurrir del mes vacacional, que también, me refiero a que ya han pasado más de dos años desde las elecciones municipales y, como es costumbre, con el comienzo del tercer ejercicio daremos el pistoletazo de salida a la precampaña electoral para 2019. ¿Exagerado, dices? Al contrario, creo que me he quedado corto.
Hace no demasiados años, todos los dimes y diretes políticos a escala local se dirimían en el Salón de Plenos, después, en los medios de comunicación de la ciudad; y con el tiempo, esa costumbre pasó a ser un método solo utilizado por pusilánimes y melifluos porque, habiendo juzgados, quién quiere utilizar los Medios y, dicho y hecho, los clásicos “Mentís”, comunicados y desmentidos varios han trocado en arcaicas piezas de museo para su estudio en “Historia de la Comunicación” ubicado en grado de importancia entre el uso del palimpsesto y el fugaz éxito de Myspace.
Hoy día, si no te han puesto tres querellas y no has presentado un mínimo de cinco denuncias en comisaría, dedícate a otra cosa porque, desengáñate, políticamente no eres nadie, solo un gualtrapilla que ocupa provisionalmente el puesto que está destinado a alguien con auténtico valor y proyección de futuro. Es más, si pretendes medrar en ese mundo y lo de los juzgados te ha pillado con el paso cambiado, ya estás tardando en buscarte un abogado al uso, que los hay muy eficientes y poco gravosos, si acaso alguna comisioncilla perfectamente asequible, y presentar en el mostrador correspondiente los escritos que sean convenientes para recuperar el protagonismo perdido.
¿Que qué puedes denunciar? Eso carece de importancia, déjate aconsejar por tu letrado, que él sabrá muy bien por dónde tirar: Que te han mirado mal, que no te dieron un papel, que has visto una carta abierta, que a ti también te deben, que otro señalaba un delito pero a ti no te gusta su dedo… Hay tantos potenciales motivos como personas, solo debes encontrarle el truco y ponerte a la tarea.
Desde este mes de septiembre debemos acostumbrarnos a llevar la aguja del cuentarrevoluciones a más de la mitad de su recorrido para, cuando afrontemos el último año de mandato, entrar ya en “lo rojo” y no abandonarlo hasta después de visitar las urnas y escudriñar qué pactos o acuerdos postelectorales pueden darse.
Hasta entonces, ocupen sus localidades y que empiece el arranque del comienzo del principio de la puesta en marcha del inicio de la salida de la precampaña electoral; donde Todo Vale, parece…
Por cierto, ¡feliz año nuevo a todo el mundo!