GETAFE/Akelarre (28/07/2017) – Último Akelarre antes de cerrar “por vacaciones” durante este mes, que no somos como Cifuentes: Aquí todas nos hemos ganado nuestro derecho a descansar de nuestras dobles y triples jornadas, y además la señora presidenta de la Comunidad no está para darnos ninguna lección.
Durante estos dos últimos años mucho hemos hablado, teorizado y “escenificado” la Unidad Popular, pero en realidad la hemos descuidado y en algunos ámbitos, seamos sinceras, no ha pasado de “un brindis en Sol”.
Y diréis: “Uy, ¿a qué viene este tema en el Akelarre?”. Algunos intentarán encontrarle doble sentido, pero cuidado con derrapar, que todo tiene una explicación:
Tras el 8 de marzo en este Akelarre reivindicábamos que el feminismo estaba marcando el camino y a día de hoy sigue haciéndolo; ya sabéis eso de “se hace camino al andar”, algo que se cumple también en la Unidad Popular. Estos meses estamos viendo cómo afloran los “puntos violetas” en distintas fiestas y festivales de todo el territorio, y cómo esos espacios son creados por mujeres y para mujeres y sirven para de autodefensa y organización para acabar con las violencias machistas que vivimos en estos ámbitos y que nos impiden disfrutar de nuestros espacios de ocio sin sentirnos amenazadas.
Pero este verano no solo nos ha traído esto, sino algo mucho más potente: Estos días estamos viviendo la expresión máxima de la Unidad Popular. Muchas habréis visto el caso de Juana, una mujer que ha desobedecido a la (in)justicia de tener que entregar a sus hijos al hombre que ha hecho de su vida un infierno maltratándola. Sigo sin entender qué les pasa por la cabeza a esos jueces y fiscales que creen que los niños y niñas estarán en buenas condiciones con alguien condenado por provocar lesiones en el ámbito familiar o delitos similares. Un maltratador jamás será un buen padre.
Bien, pues Juana ha decidido desobedecer y la respuesta que ha tenido ha sido que miles de personas, principalmente mujeres, hemos decidido apoyar esa actuación de todas las formas posibles. Mirad en vuestras redes sociales el hastag #JuanaEstáEnMiCasa y veréis el arduo trabajo que tiene la policía y con cuánta solidaridad y simpatía puede contar Juana.
El abogado del agresor y buena parte de este sistema, pretenden que Juana pase de víctima de violencia de género a secuestradora de sus propios hijos. Este caso es un ejemplo más de la violencia institucional que se ejerce contra nosotras en nuestro país y que no se va a solucionar con un raquítico “Pacto de Estado”, ni con pomposas declaraciones, sino con nuestra lucha y nuestro apoyo mutuo diario.
Y es que los medios que desde las instituciones públicas se están poniendo a disposición de las mujeres maltratadas no van a solucionar el problema, mientras haya “Juanas” que sigan controladas por sus maltratadores a través del daño que pueden provocar a sus hijos e hijas, o viéndose forzadas a revivir el infierno vivido con ellos cuando tienen que quedar para “entregarles” a las pequeñas y pequeños. Tampoco habrá soluciones desde los poderes públicos, mientras jueces y fiscales sigan sin entender lo que suponen a las vidas de las mujeres las sentencias que dictan.
Si esta “Unidad Popular espontánea” que estamos viviendo en estos días y que está demostrando tanto potencial somos capaces de organizarla seremos imparables y aquellos que sustentan este sistema patriarcal no tendrán nada que hacer.
La Unidad Popular es arremangarse, desobedecer, crear redes y que juntas impidamos que haya una sola “Juana” viviendo en solitario estas situaciones, que si nos tocan a una seamos todas las que desobedezcamos. Juntas somos imparables.
Hola Juana, no sé dónde estás pero si lees esto quiero que sepas que puedes contar con nosotras para esconder a tus hijos. Seguro que con muchas otras mujeres también. Estamos por todas partes, no estás sola.
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