“La vida no se mide por el número de respiraciones que hacemos, si no por los momentos que nos hacen contener la respiración”
GETAFE/Educa… que algo queda (21/06/2017) – Se ha terminado el curso, ha terminado la liga y, casi todos, tenemos vacaciones, al menos 15 días. Los alumnos se relajan una semana o dos meses, los torneros libran, las enfermeras también, los auxiliares administrativos…. Pero, ¿y los padres? ¿Cuándo libran los padres? Para una de las tareas más complejas, no hay formación previa, ni vacaciones, ni siquiera reconocimiento más allá del descuento en Hacienda. ¡Vaya plan!
¿Qué nos pasa a los padres y madres, que a medida que nuestros chicos van creciendo, nuestra satisfacción y felicidad van menguando? ¿Está fallando algo que no vemos? Es posible que no sepamos ver que avanzamos siempre con las crisis y que además no tengamos muy claro que no podemos, ni es bueno evitar esas crisis. En el desarrollo familiar, por reducirlo en extremos y casi al absurdo, se dan varias crisis importantes, la de los 2-3 años (….Por qué…¡que no!…) que en el fondo es graciosa y se sabe ver que es para ir hacia adelante; la de los 8-9 años, que quienes confían en el Ratoncito Pérez, entenderán de inmediato (el chico se autoengaña por primera vez, ¡…y si acaso…!). Otra importante, coincide con la pubertad y la adolescencia, la entrada al IES, dónde se mueven las hormonas y…vuelve el porqué, el que no… pero, esta vez, de manera menos graciosa y que solemos interpretar como un paso hacia atrás y tal vez la última (antes de llegar a los 40 y autoengañarnos por segunda vez) alrededor de los 17 años, final de la escolarización o inicio de lo laboral.
Si en estos cambios no sabemos ver algo positivo, por efecto del péndulo, veremos lo negativo (¿es tal vez nuestra costumbre?).
Algunos que trabajamos en lo público, estamos empeñados en echar una mano para que esta infelicidad que sufrimos, se rebaje y nuestras expectativas se ajusten a la realidad que podemos esperar e insistimos en contagiar optimismo durante el curso a más de 200 familias, que participan en nuestros Talleres de Habilidades Educativas, pidiendo paciencia, contagiando ánimo, comentando estrategias y sobre todo, compartiendo emociones y sentimientos que desde aquí agradecemos.
“Querida hija, hoy es un día cualquiera en nuestras vidas, tú ya estás durmiendo y yo sentada en el salón me he puesto a pensar en ti y se me ha ocurrido ponerme a escribir en este papel lo que significas para mí. Eres lo más importante que tengo en mi vida y el motor que me hace vivir día a día. No sabes la felicidad que siento cada día cuando veo esos ojos que rebosan alegría y que me recuerdan lo maravilloso que es ser madre, tu madre….”, así habla una madre a su hija antes de contarle sus cosas.
“Decirte, que sepas, que por encima de todo lo que pasamos, bueno y malo, estás tú, que eres lo mejor que nos ha pasado…”, y así habla otra madre después de contarle las suyas. Y lo mejor de todo esto… es que todo continuará.
Disfrutad que os esperamos.
Buen día. Salud y buena suerte.