Creciendo a nivel personal

GETAFE/Rincón psicológico (21/06/2017) – El perfil de los pacientes que acuden a terapia está cambiando, se está produciendo una apertura de percepciones, de estilos de vida, que cada vez van más de la mano.

En un mundo en el que la máxima de éxito nos hacen creer radica en la belleza, el consumismo, la competitividad, las adicciones al móvil, las compras, las dietas saludables e incluso el ir al gimnasio está produciéndose un cambio de estilo de vida muy sutil pero profundo donde la máxima comienza a ser CREER EN UNO MISMO en su belleza, sus cualidades, descubrimientos de sus pasiones, familiaridad laboral, salud física y emocional y que está dando fuerza a lo que UNO ES y no a lo que se espera de uno.

A lo largo de todos estos años de profesión me he ido encontrando perfiles de usuarios que llegaban a las consultas derivados de psiquiatras, de centros de salud, aquejados de problemas de insomnio, bajas laborales, depresiones y ansiedades, dificultades en sus relaciones de pareja, conflictos interfamiliares y en la base de todos ellos un mismo denominador común, infelicidad, no saber el destino de su vida, sentirse perdido o vacío y un tremendo miedo a la muerte, las pérdidas.

Y es lógico vivenciar estos miedos acontecidos, lógico explorar el lugar del que proceden, lógico sentir miedo en esa caída al vacío donde perderse implica encontrarse porque en esta larga vida muy pocas veces nos han enseñado a vivir para morir y hemos vivido en el lo quiero lo tengo y no en el lo quiero espero. Sin que suceda nada en el esperar y sin que suceda nada en el no conseguirlo.

Dicen que el camino se hace recorriéndolo, afrontando los retos, abrazando los miedos y que esta actitud nos hará fuertes incluso poderosos, y creemos en ellos, y ponemos empeño, y nos leemos tantos libros de autoestima como caigan en nuestras manos, libros de empoderamiento que llegan a nuestras manos, acudimos a retiros para crecer y con suerte podemos seguir caminando. Pero se nos olvida algo importante, y es que el camino que recorramos no es un camino de suerte es un camino de ENCONTRANOS, DE PERDERNOS, DE VOLVER, DE CAER, DE LEVANTARSE, DE ÉXITOS DE FRACASOS que nos construirán como personas.

A muchos de mis pacientes les hago esta reflexión: “¿Cuál es para ti la diferencia entre la mente y la consciencia?”. No dejo de sorprenderme en el esfuerzo por dar la que ellos consideran su mejor respuesta aquella que sale de la mente y no desde su ser más profundo, la respuesta que viene desde la sencillez de lo que uno ES, se olvidan de su autenticidad y de lo que uno DESEA de su PROPÓSITO de VIDA.

Estamos transformando el mundo y me alegra saber cada vez hay más personas que apuestan firmemente por seguir creciendo, por seguir creyendo en sus sueños y fantasías, en sus fortalezas, en sus anhelos deseos, y que se permiten escuchar no las palabras que llegan desde su mente sus juicios y su razón sino desde lo que uno es y desea.

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