GETAFE/El rincón del lector (12/06/2017) – El pasado 8 de junio tuvo lugar el último de repetidos incidentes en la Avenida de los Arces, junto al colegio Gloria Fuertes, con resultado de daños en el parabrisas de un vehículo estacionado. Aunque el hecho ha sido denunciado ante la Policía Nacional por un delito de daños con autor desconocido, todo apunta a que ha sido debido al lanzamiento de un balón de fútbol sala por algún niño que jugaba en el parque. Cosas que pasan…
Lo trascendental de este hecho, es que no es aislado, sino que se trata de uno más que se suma al saco de quejas, sugerencias y denuncias que los vecinos de esta localidad vienen transmitiendo desde hace tiempo, con el único fin de mejorar estas nuestras instalaciones municipales, las que pagamos todos, y que parecen caer en saco roto.
Y es que cuando uno ve la situación y las condiciones en las que se encuentra el campo de fútbol pegado al colegio Gloria Fuertes, cae en la cuenta de que no es la mala suerte la que provoca estos daños en los vehículos estacionados en la zona, sino una clara falta de estudio urbanístico e implicación en la prevención de accidentes.
No es que existan pequeñas deficiencias, es que no se cumple ni una de las recomendaciones que se recogen en la normativa UNE-EN que regula este tipo de instalaciones, y que incluyen cosas tan importantes en materia de seguridad como los sistemas anti-vuelco de las porterías, la instalación de vallado exterior para evitar la salida de balones, redes, etc.
Pero es que ni siquiera es necesario recurrir a normativa alguna, basta con aplicar un poco de sentido común cuando se trabaja con el dinero de los contribuyentes. ¿En qué cabeza cabe orientar la portería de un campo de fútbol para niños hacia la carretera? ¿En qué cabeza cabe no poner una red, o un vallado que evite incidentes de este tipo?
Es que, señora alcaldesa, los daños en los vehículos son lo de menos; la chapa, pintura y lunas de los vehículos tienen fácil arreglo para los perjudicados; no barato, pero sí fácil. Lo complicado, viendo la situación de estas instalaciones, es evitar que un niño que está jugando a fúbol no tire a puerta; o que si lo hace, porque para eso es un campo de fútbol, no le de a un coche, a una persona que va por la acera paseando o a otro niño que va en bicicleta. Lo difícil señoría, es no imaginarse las consecuencias de un impacto como el que tiene el limpiaparabrisas, en la cabeza de un bebé; si lo ve improbable, le recuerdo que se trata de un parque junto a un colegio de Educación Infantil y Primaria. Lo imposible, sobretodo para un padre, es no temer por la integridad física de los niños cada vez que el balón se va a la carretera y los ve correr entre los coches a recogerlo, inmersos en su juego y ajenos a la posibilidad de ser arrollados por un vehículo.
Ruego señoría, y digo ruego, se tomen las medidas de seguridad necesarias antes de que tengamos que lamentar no haberlo hecho a tiempo.