GETAFE/Rincón psicológico (31/05/2017) – Nuestro anterior artículo sobre la muerte versaba, haciendo referencia a ese visionario que nos sorprendía en una de sus charlas de TED, sobre mantenernos vivos durante mucho tiempo quizás eterno.
Se han recibido críticas al respecto a lo largo de estos últimos años pues el ser humano ha evolucionado sobreviviendo a epidemias, enfermedades, pero en realidad, ¿estamos preparados para congelarnos y despertar en un futuro en un mundo nuevo?
Si la muerte es un concepto que durante toda una vida ha asustado y ha mostrado el mayor de los respetos dado que en nuestra cultura occidental se nos habla del nacimiento pero sigue oscureciendo la etapa de la muerte, es imaginable el pensar que los temas referidos a aparecer en otro tiempo otro espacio asustan tanto o más al no estar del todo preparados.
Hace unos años hablaban de las clonaciones, la congelación de óvulos y como si de ciencia ficción se tratara en unos pocos años la investigación ha avanzado tantísimo que ya no nos parecen temas sorprendentes, nos hemos acostumbrado digamos a convivir con familias monoparentales, individuos que deciden tener sus hijos libremente incluso elegir que aspecto para sus recién nacidos querrán.
El mayor tema de controversia digamos desde el punto de la psicología en estos aspectos sería desde mi punto de vista ¿está el ser humano preparado para tan apasionantes avances y cambios? No sólo resaltan los aspectos éticos, morales, religiosos incluso políticos, sino que dichos temas de debate y ya reales en muchos países nos generan esa reflexión abierta en pensar si el destino ya es cosas de uno o sigue perteneciendo a esa ley universal en la que convivimos.
El debate quedará abierto pues es ya una realidad.
Nos cuentan cómo famosos como Walt Disney ya fue congelado hace unos años y salvando si es realidad o no la realidad es que ya existen muchos lugares en este planeta y en España se está estudiando la posibilidad de generar centros donde el ser humano pueda congelarse y así su cuerpo permanecer intacto hasta volver a despertar.
Se nos abre un mundo de posibilidades “eternas” y se nos cierra la “ posibilidad” de vivir la muerte como una etapa más de la vida donde se hace prioritario romper miedos y acompañar los procesos como ese proceso natural de la vida, dejar de tapar la muerte como algo terrorífico que hasta asusta hablar de ello.
Si reflexionáramos sobre este aspecto veríamos como en muchas culturas y no tan lejanas a nosotros la muerte es un paso más, es un ciclo más de la ida que se celebra, tenemos mucha bibliografía al respecto que nos lo documenta.
Es por ello por lo que se hace prioritario urgente hablar de la muerte no cómo esa parte oscura sino como esa parte de luz que forma parte de ese ciclo biológico natural.
Si te inquieta busca tertulias, charlas, encuentros con personas que acompañen nuestro miedo para abrazarlo, asociaciones o fundaciones como Vivir un Buen Morir pueden acompañar estos momentos de duda e inquietud.