GETAFE/Rincón psicológico (03/05/2017) – Este fin de semana tuve la oportunidad de vivir mi primer TED en directo gracias a la organización de mismo por un gran amigo mío. Imagino ya sabéis lo que es TED, es ese lugar creado para dar charlas de 18 minutos de temas de actualidad, temas que nos hacen empoderarnos, temas que nos hacen crecer como personas, que nos sorprenden en definitiva, charlas que nos enriquezcan como seres humanos.
La tarde fue espectacular, os lo recomiendo, ya que no es igual vivirlas a través de los canales de internet que vivirlas en directo. La energía de grupo que se genera en el escenario, la posibilidad de hablar con los ponentes después de cada charla, las relaciones profesionales y sociales que se generan son de una calidad diferente a la que habitualmente estamos acostumbrados.
He de reconocer que una de las charlas me impresionó bastante, yo había oído hablar de este llamado visionario que trabaja en una universidad de EEUU, había oído hablar de sus teorías, estudios, pero el directo y estar tomándome un vino con él había sido diferente, me impresionó tanto que cuando llegué a mi casa me puse a investigar y explorar sobre este tipo que había salido a hablar, este científico que había sido entrevistado en lugares de todo el mundo por gente reconocida, este tipo que en definitiva venía a hablarnos de la MUERTE, nuestra aliada, nuestra amiga y compañera de viaje, nuestro miedo más ancestral en el que caer en el vacío.
Y hoy vengo a hablaros de eso, de la muerte , de esa palabra que solo el mero hecho de pronunciarla produce vértigo, produce miedo, distancia, pánico, de esa que se convertirá en vivencia que nos acompaña y que nadie nos habló de ella .
Somos polvo y en polvo te convertirás.
Nos han enseñado a nacer, nos han enseñado a vivir, nos han enseñado a generar profesiones, a disfrutar, a respetarnos, a amarnos, a solventar los problemas pero no nos han enseñado a morir.
Son muchos los días que en mi consulta me encuentro con pacientes cuyo miedo innato es el miedo a morir, se relajan cuando les digo que es un miedo tan común que se sorprenderían la cantidad de pacientes que acuden a verme por esa sensación de no saber qué pasará después.
Es entonces cuando sus ojos se les abre, respiran y me dicen sorprendidos “no soy el único” y les digo con una certeza absoluta “NO, no eres el único” y añado “ SOMOS muchos”, he de reconocer que ante esta afirmación se sorprenden aún más pues vienen a que les consuele, a darles esa receta que necesitan de superar ese miedo y es cuando el propio terapeuta RECONOCE junto a ellos su mismo miedo a lo desconocido.
Es entonces cuando aprenden su primera lección RECONOCER el miedo, RECONOCERME yo en él y desde ahí poderlo trabajar .
¿Qué pasaría si nos dijeran que de aquí a 30 años no moriremos?
De esto versaba esa conferencia en el TED de la que hablaré el próximo día
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