GETAFE/La piedra de Sísifo (02/05/2017) – Hace unos días nos hemos vistos sorprendidos por la noticia de un ciudadano que, tras dar positivo en un control de alcoholemia, movido por el disgusto propio de quien ha sido “cazado” tras libación generosa, consciente del castigo dinerario y administrativo que recibiría de la autoridad competente y, seguramente, con el juicio nublado por vapores incompatibles con la conducción de cualquier vehículo, no tuvo mejor idea que arrancarle parte de un dedo, de un contundente mordisco, al agente de la Policía Local que tuvo la dudosa suerte de cruzarse en su camino.
Deseando al agente en cuestión, como es preceptivo entre personas de bien, la rápida y completa recuperación del daño recibido, no puedo evitar la elucubración que mi mente traviesa ha pergeñado al tener conocimiento del suceso:
El periódico, pro Gobierno municipal, que ensalza con los ojos cerrados cualquier asunto en el que se vea implicado un trabajador público adscrito al ayuntamiento o un departamento del mismo, titularía así sin rubor alguno:
Un aguerrido policía municipal arriesga su integridad física, en defensa de la legalidad al volante, siguiendo instrucciones de sus superiores
Viajemos ahora al extremo contrario, la publicación que critica el 100% de las decisiones tomadas por el Gobierno Municipal, focalizándolo todo en la alcaldesa, quien debe figurar con nombre y apellido por si alguien no se ha enterado:
El alcohol mitiga los efectos de una yema envenenada que un esbirro de Sara Hernández ofreció a un ciudadano despistado
Aunque algunos se acercan sospechosamente a cualquiera de ambas opciones, es evidente que vencen sus tentaciones y no son tan descarados. Suelen dar un sesgo sutil (o no tanto) pero sin dejar de arrimar el ascua a su sardina. Veamos:
Pro Sara Hernández:
Se investiga de qué lugar de la Pza. Carretas procedía el ciudadano que arrancó parte de un dedo de un mordisco a un Policía Local en un control de alcoholemia
O al contrario, anti Sara Hernández:
Se investiga de qué lugar de la calle Cuenca procedía el cidadano que arrancó parte de un dedo de un mordisco a un Policía Local en un control de alcoholemia
Ambas introducen un dato, desconocemos su veracidad, que hace dirigir una mirada reprobatoria hacia una formación política concreta, sin concretar ninguna acusación pero dejándola caer con generosas dosis de maldad.
Por último, están los que todo les estorba, nada les vale, no dejan de despellejar a todo bicho viviente con oportunidad o sin ella y, con frecuencia, se pasan de frenada varios kilómetros:
Un alegre ciudadano ejerce su derecho a la legítima defensa ante otra agresión de las fuerzas represoras que campan por la ciudad como si fuera su rancho
Conviene recordar que, para la redacción de este artículo ligero, propio de un día festivo, no se ha torturado a ningún animal, vegetal o mineral y, por supuesto, cualquier parecido con la realidad es, exactamente, lo que se pretendía. Por favor, divertíos.