GETAFE/La voz de la experiencia (07/04/2017) – Un año más, estamos a las puertas de la Semana Santa, con todo lo que implica en la mayoría de nuestros pueblos de fuertes arraigos y tradiciones, tanto religiosas como de otro tipo. El caso es que por unas u otras causas, son muchos los desplazamientos en estos días, unos para conocer nuevos sitios y costumbres, y otros para disfrutar de la familia, los amigos y las tradiciones.
No es fácil separar estas cuestiones, religión, fiestas, vacaciones, ayunos, comilonas, etc. y no lo es por multitud de razones. Todos sabemos que muchas de las fiestas paganas antiguas, que tenían lugar en los pueblos con motivo de la primavera, la siembra de cereales, la recogida de los distintos cultivos, el verano y tantas otras, fueron asumidas por la religión y fusionadas con otras fiestas religiosas, no sé si este es el caso de la Semana Santa. Lo que sí es cierto es que una gran mayoría de personas mezclan de manera espontánea y natural, las celebraciones religiosas y las paganas, encontrándonos con momentos de recogimiento o exaltación religiosa, con otros de bullicio, algarabía y fiesta, o pasar del ayuno a la gran comilona, tanto es así que en la mayoría de las regiones está muy arraigado con motivo de esta festividad, la fabricación de todo tipo de dulces, pastas, roscos, mantecados, enaceitados, pestiños, torrijas, magdalenas, etc. Otra importante tradición, al menos en las dos Castillas, es el cordero en sus variantes de asado a la parrilla, al horno, o en caldereta, y naturalmente todo esto suele ser acompañado de todo tipo de bebidas.
La suma de todo esto da lugar a que muchos aprovechen esta Semana para retomar las tradiciones de sus mayores y de sus pueblos, y que por otra parte, es una fuente de inspiración para cofrades, cofradías, bandas de música, agrupaciones romanas o católicas. Todo ello permite el disfrute popular, familiar o individual de mucha gente, y es una inyección económica para varios sectores como hoteles, restaurantes y la mayoría de los pequeños negocios rurales, dado que casi todos terminan comprando queso, vino, aceite, pan, dulces y otros productos típicos o característicos de cada lugar.
Espero y deseo que todos puedan disfrutar de lo que más les interese, procesiones música, recogimiento, familia, comida, naturaleza, amigos, etc, según sus gustos y circunstancias, pero sobre todo, que puedan volver más felices que cuando se fueron. Paciencia en el camino de vuelta por el bien de todos, y de manera especial, por el tuyo y el de tu familia.
Feliz Semana Santa y feliz regreso.