OPINIÓN/La piedra de Sísifo (14/03/2017) – La ciencia por fin ha resuelto el misterio de las rocas que se mueven solas en el Valle de la Muerte (California). Ya solo queda por desentrañar el secreto de las desapariciones de barcos y aviones en el Triángulo de las Bermudas y cuándo llegará la línea 3 de Metro a su destino natural en la estación de El Casar.
12 años han transcurrido desde la firma del convenio entre, la entonces Consejera de Transportes de la Comunidad de Madrid, Dolores de Cospedal y, el entonces Alcalde de Getafe, Pedro Castro. Las obras debían haber comenzado en 2007 pero, por un quítame allá esa financiación de unos 153 millones de euros y el agravio que suponía pagarlo “a pachas”, cuando en otras ciudades de nuestro entorno había sido la Comunidad de Madrid quien había corrido con todos los gastos; fueron retrasando sine die la ejecución de la obra y se rumorea que se tardará más en recorrer los 2,6 km de distancia, entre Villaverde y El Casar, que los 54,6 millones de km que separan la Tierra de Marte.
El ser humano en general y el ser humano español en particular, pecamos de una memoria penosa, cercana a la que ofrece una cuchara de palo, cuando de recordar las promesas electorales se trata. No obstante, haciendo una excepción, retenemos vívida en nuestras neuronas la imagen retrechera de un ínclito Juan Soler posando por Perales del Río (una vuelta de tuerca más que El Casar) con la parada de Metro debajo del brazo. Como consecuencia, los inocentes ciudadanos getafeños y, más aún si cabe, los peraleños, confiábamos en que el buen hacer, las influencias, sus contactos y, si fuera necesario, las presiones que ejercería Soler para traer el Metro hasta nuestra ciudad tal y como había empeñado su palabra, dieran sus frutos. Luego descubrimos que su palabra valía menos que un billete de 13 euros o un concurso para construir un teatro. Lástima.
Es caso es que, últimamente, están de plena actualidad los niveles de contaminación que alcanza la atmósfera madrileña y, lógicamente, las ciudades de su cinturón. Desconozco en qué porcentaje descenderían esas cifras si, como se previó en su momento, existiera un intercambiador de transporte en El Casar que uniera Metrosur (y todas las ciudades por las que circula), la línea C3 de cercanías (y todos los potenciales usuarios desde Aranjuez hasta Getafe), con la línea 3 de Metro que acortaría la duración del trayecto y facilitaría la interconexión con el resto de líneas, dando acceso de un modo natural y sencillo a cualquier barrio de Madrid y minimizando el torrente de vehículos que, a diario, entra y sale de Madrid por sus accesos Sur.
No perdemos la esperanza en que; las fluidas relaciones existentes entre nuestra alcaldesa y el consejero de Transportes de Madrid, hombre cumplidor donde los haya, así como con su presidenta; fructificarán en la construcción de esta infraestructura, antes que una línea regular de lanzaderas que enlace el Planeta Azul con el Planeta Rojo (sin connotaciones políticas, por favor) o que la contaminación ambiental, potenciada por el cambio climático, termine con todos. Por paciencia que no quede…
riodemadrid
15 marzo, 2017 at 10:05
Y a perales del río????, llegará algún medio de transporte público además de la única línea de autobús 411 con la que sobreviven los vecinos de Getafe en perales.