OPINIÓN/La piedra de Sísifo (07/03/2017) – Hay un dicho, muy utilizado en Estados Unidos, que afirma que “si parece un pato, camina como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo más probable es que sea un pato”.
Por lo que cuentan, el PPPP de Getafe (Presidente Paracaidista del Partido Popular), Juan Soler, está a la espera de que se eleve el caso del Teatro Madrid, en el que puede ser objeto de investigación, al Tribunal Supremo dada su condición de senador y, por tanto, aforado. Por todos los indicios, datos y noticias publicadas al respecto, el senador, diputado en la Asamblea de Madrid y concejal del Partido Popular de Getafe, Juan Soler, parece un pato.
Los movimientos que ha realizado hasta ahora: primero negándolo todo, después justificando su actuación, más tarde esparciendo acusaciones y ahora insinuando la nulidad del proceso responden al “manual de estrategia defensiva” tan utilizado los últimos años por miles de “casos aislados” que todos conocemos. En cuanto a la literalidad de “movimiento”, solo añadir que dispone de 4.500 € para utilizarlos en taxis y los usa, vaya si los usa. Atendiendo a estos movimientos, literales y conceptuales, Juan Soler, camina como un pato.
Dicen los que saben que, cuando caes en arenas movedizas, lo más importante para no hundirse es reducir los movimientos a la mínima expresión. Eso dice la teoría pero, con frecuencia, en situaciones tan comprometidas, el inconsciente nos traiciona y empezamos a bracear y patalear compulsivamente con el resultado de un rápido hundimiento en el fango. Existe también una variante humana que, está tan acostumbrada y adaptada a la supervivencia en el lodo, que nada con soltura haciendo cabriolas o movimientos imposibles para cualquier mortal no entrenado a este inhóspito hábitat y nos asombra con su pericia. Todo apunta, por tanto, a que Juan Soler nada como un pato.
Siendo como es, un hombre de verbo fácil, preciso y afilado, conviene contrastarlo al evaluar mensajes aproximados que se le atribuyen: “me defino liberal y reformista”, “absténgase de continuar con el presente procedimiento dada mi condición de aforado”, “la gestión del expediente por parte de GISA se adoptó por agilidad” o “Rafael Salazar tiene un desequilibrio personal”, entre otros muchos. Con esta base, podríamos afirmar que, Juan Soler, grazna como un pato.
¿Qué será, será?