OPINIÓN/Políticamente incorrecto (08/02/2017) – Como decía en el capítulo anterior es la hora de entrar a valorar los soportes utilizados para difundir la información local. Me van a permitir empezar por el pasado. Puede sonar muy severa la afirmación que voy a intentar razonar pero estoy plenamente convencido que hace tiempo dicha cuestión es totalmente válida. Se preguntará usted querido lector, siendo tan contundente como soy, cuáles son las razones para su existencia todavía, muy sencillo, solo las mentes cerradas y obtusas de la clase política local mantienen este soporte vivo.
Sería muy sencillo demostrar con los datos de la prensa nacional e internacional esta afirmación la tirada de las grandes cabeceras son prácticamente ridículas, sus cuentas de resultados hacen aguas por todos lados y los grandes medios se agrupan en divisiones multimedia como único salvavidas de supervivencia. Creo que con explicar simplemente la compra del histórico The Washington Post por el propietario de Amazon, Jeff Bezos, y su evolución sobraría para entender esta realidad.
Pero uno es bastante más osado que todo eso y prefiere centrarse con ejemplos locales para hacer entender la muerte de este soporte en la transmisión de la información. En primer lugar siempre se pone de ejemplo la importancia de las cabeceras regionales fuera del epicentro que supone Madrid a nivel informativo, esto es cierto, es clara la influencia de la capital en este aspecto pero siempre se nos olvida mencionar que esos medios regionales, llamase La Voz de Galicia, Diario de Mallorca, Extremadura Hoy, etc. son medios que añaden en muchos casos informaciones nacionales, crearon su comunidad hace tiempo y hoy también empiezan a girar hacia lo digital.
El gran argumento de los “defensores del papel”, alguno queda todavía, es la denominada brecha digital, curioso, que normalmente lo hacen con un teléfono móvil en sus manos; se dice con mucha alegría que una determinada población por cuestión de edad no tiene acceso a la información digital algo que contradicen todos los datos, existe una franja edad a partir de los 70 0 75 años que es donde todavía este dato podría ser real, solo uno de cada cuatro tiene móvil que no está mal. Pero si este dato lo contrastamos con aquella población que según el CIS tiene más capacidad de influencia y cambio en su tendencia de voto, por ejemplo, esto sería prácticamente irrelevante. La brecha digital es un argumento tan muerto como el papel, hoy redes como Facebook, son las redes de las personas mayores, los datos lo demuestran, en próximos capítulos la analizaremos y demostraremos como es la mayor red de influencia de información local.
Esa es la cuestión, la influencia, desde tiempo inmemorial se ha concebido que el soporte papel “llegaba a más sitios”, algo, absolutamente falso, hoy, las tiradas de los medios locales, no superan los 10.000 ejemplares, cuando llegan, una ciudad como Getafe necesitaría una cifra cercana a los 70.000 para considerar que llega a casi toda la población. No voy a entrar en los métodos de distribución por no aburrirte pero es evidente que se pide al ciudadano que vaya a buscar el soporte cuando lo lleva en su bolsillo todos los días. A nadie sorprenderá la imagen del vecino de avanzada edad con el “paquete” de periódicos “gratuitos” bajo el brazo saliendo del centro público de turno para el “cuidado” de sus animales y la limpieza de sus hogares.
Otro mito a derribar es el del tiempo dedicado a la lectura de la noticia en el soporte papel, las estadísticas nos dicen que un ejemplar de 16 páginas de noticias locales invertimos dos o tres minutos en leerlo, un poco más si estamos esperando nuestro turno para ser atendidos en aquellos centros donde los recogemos, si calculamos los ejemplares y comparamos con las estadísticas detalladas que nos ofrecen redes sociales como Facebook, cualquier titular, esto dará para otro capítulo, tiene diez veces más impacto en el smartphone que en los ejemplares impresos.
Finalmente quiero acabar denostando la última falsedad a la que se agarran especialmente los editores y políticos anclados en el pasado, la creación de empleo en el soporte papel es superior al digital, o simplemente denostar que un medio digital lo puede hacer cualquiera. Hoy, una sola persona puede escribir, editar, maquetar, imprimir y distribuir un medio con 10.000 ejemplares: en nuestro municipio existen ejemplos que vienen a la mente de todos. Por el contrario el desarrollo de un medio digital necesita de muchísimo más conocimiento de herramientas tecnológicas específicas para lograr su objetivo, muchas de ellos no se enseñan en la facultad de periodismo, necesitan de personal especializado en distintas áreas para lograr el impacto deseado con la información.
Desgraciadamente los periodistas, perfectos conocedores de esta realidad, se ven envueltos en la dinámica cerrada y antigua de nuestra clase política local, o inversores privados anclados en el pasado, y en muchos casos, deben recurrir a poner el papel en circulación para “contentar” egos y vanidades que no tienen ni idea de lo que están hablando. Una simple cuestión de supervivencia. La semana que viene les hablare de la riqueza y complejidad de crear medios digitales con futuro algo por cierto no accesible a todo el mundo, otro falsedad a desmontar.
jose valentin ramirez
11 febrero, 2017 at 12:46
Bueno ya que Fermín hace sus aportaciones yo, meto otra cuña. Precisamente veo un problema ese crecimiento «exponencial» del mundo digital. Estoy hablando en el ámbito de la información. Esa facilidad para que cualquiera pueda aportar «información» parece muy bien. Pero hoy el gran problema es la calidad/veracidad de la información, y aquí: cuanto mas .. casi peor. Cojo el símil de «sembarlo» .. bien, bien, sembrarlo es fácil… se puede hacer hasta desde una avioneta… pero sembrando… no se recogen tomates. Otro tema es el de la bidireccionalidad … esta bien pero no mezclemos todo porque sino es como el burro y la zanahoria… Yo lo que reclamo es un buen medio, fiable, de interés.. que llegue a todos …. cuyo mejor feedback es que la gente lo lea y sepa….
Jose Luis
11 febrero, 2017 at 13:26
Ahora ya estamos hablando en serio Valentin, no cualquiera puede crear información, esta mañana trabajaba precisamente en ello para el próximo artículo. Espero tener la capacidad de explicarme. Y coincido con los peligros de la bidireccionalidad, en especial la esclavitud que supone a veces pero hoy es imposible obviarla. Un matiz, un sólo medio nunca varios buenos medios por favor…
Fermín
11 febrero, 2017 at 11:30
Aunque se puedan introducir matices en uno u otro sentido, es cierto que, hasta que aparezca otro soporte y aparecerá, el futuro está en el mundo digital y su crecimiento exponencial da buena prueba de ello. Donde, a mi juicio, habría que poner el foco es en un cambio de paradigma: Información – Comunicación, y el soporte digital supone un caldo de cultivo abonado para su crecimiento, solo falta «sembrarlo».
Unos y otros, instituciones y medios, por comodidad, conveniencia o servidumbres apuestan todo al modelo informativo puro (unidireccional y pasivo) abominan de abrirse a procesos reales de comunicación (bidireccional y activo).
¿Qué sucedería si naciera un «medio» con esas características? ¿tendría hueco en la «participación normativizada» propugnada desde el ámbito institucional? Hay experiencias puntuales en el mundo financiero cuyo desarrollo podría aprovecharse.
Un saludo
Jose Luis
11 febrero, 2017 at 12:05
Gracias por la aportación compañero opinador muy interesante en especial las preguntas que planteas, hoy, muchos profesionales de la comunicación se están planteado las mismas, lo intentaré abordar en próximos capítulos…..
jose valentin ramirez
10 febrero, 2017 at 11:08
Bueno José Luis, realmente asombroso has logrado escribir un texto que no comparto desde la primer alinea hasta la última y mira que es difícil pues creo que sintonizamos bien. ¿Lo has leído dos veces?. No hay espacio para comentarte todas las discrepancias pero como ejemplo, dos comentarios. Dices: «solo las mentes cerradas y obtusas de la clase política local mantienen este soporte vivo». Yo creo que efectivamente esas mentes mantienen el medio (yo y creo que tú, hablo del boletín municipal) pero lo mantienen muerto. Es decir sin darle vida con noticias e informaciones que interesen y que hiciesen de la gente estar esperando su salida para leerlo.
Hay otro comentario que seguro reescribirias disinto: «El gran argumento de los “defensores del papel”, alguno queda todavía, es la denominada brecha digital, curioso, que normalmente lo hacen con un teléfono móvil en sus manos». ¿Que pasa José Luís que los que tenemos formación/medios digitales no podemos interesarnos por los que no los tienen?… Revisa también el tema de la «influencia». Recuerdo uan anecdota de hace muchos años. A Raimon le comentaron «No cante usted en Catalán. Cante en Castellano que le entenderá mas gente». Y él (!!grande) dijo: «si quisiera que me entendiese mas gente cantaría en Chino». Yo no quiero que se llegue a los que influyen. Yo quiero que la información llegue al mayor número de gente.. especialmente a los que no tienen acceso fácil a la información. Claro si hablamos de contenidos … esa es otra história.
Jose Luis Sánchez
10 febrero, 2017 at 18:51
Querido Valentin te agradezco siempre la lectura, creo que con este texto he conseguido poner a todo el mundo en mi contra, pero yo no le quito una coma, lo creo 100% pero me gusta más generar debate. No me refiero al Boletín, ya sabes que creo firmemente en su desaparición como el mejor futuro posible, me refiero a pagar más por algo que vale menos, con la publicidad institucional. Por supuesto que todos podemos defender las causas en las que creemos pero otra cosa es que no tengamos NI DATOS NI EJEMPLOS reales con los que hacerlo, al final no es más que un mito. Respecto a la influencia me debo haber explicado muy mal, yo creo que la información debe llegar al mayor número de personas posibles, y por ello, hoy, ya, son los que usan móviles el que no lee esta perdido para cualquier soporte. De contenidos hablaremos algo que también influye el soporte. Agradecido por tus comentarios, siempre.