OPINIÓN/Políticamente Incorrecto (01/02/2017) – Una vez delimitados dos de los primeros aspectos, a mi juicio esenciales, por un lado la discrecionalidad que concede el mecanismo actual del reparto de la propia publicidad institucional realizada desde la propia Alcaldía y por otro la falta de concienciación de la sociedad civil de la necesidad de pagar el coste de generación de la propia información, nos enfrentamos a la función que desempeña la propia publicidad institucional en los medios de comunicación locales.
Me va a permitir, querido lector, partir de la base que todos entendemos la necesidad de estar informados, conocer mejor como se elaboran nuestros reglamentos, conocer la actividad de nuestros representantes, sus opiniones, las de nuestros vecinos, conocer todo lo que sucede en nuestro entorno nos hace más libres y críticos. Tener una opinión basada en hechos reales y no en creencias.
Si la crisis económica ha pasado por sectores como económicos como un tsunami, imaginen que a los medios de comunicación les han pasado tres, la propia crisis, el cambio tecnológico y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Estos tres tsunami han dejado los medios de comunicación local en autónomos de la información, así de sencillo, en muchos casos, a tiempo parcial por la necesidad de buscar alternativas para completar sus ingresos.
Esto supone que en estos medios de comunicación el que escribe, diseña, gestiona, acude a ruedas de prensa, informa, fotografía, factura, y busca los recursos para mantener su medio es la misma persona. Lo sé, como el 90 % del resto de autónomos de nuestro país, pero con una diferencia sensible sobre transportistas, dentistas, fruteros y comerciales: su producto es un bien ‘sensible‘ para el funcionamiento de nuestro sistema político.
Cierto es, que su influencia es cada vez menor, analizaremos más adelante si esto es bueno o malo y las razones que nos han llevado a esta situación. Pero lo que no podemos poner en duda es su importancia.
Si al factor crisis económica le añadimos la atomización del sector es evidente la necesidad que de la publicidad institucional tienen los medios locales, creo que una gran mayoría de ellos entrarían en ese epígrafe de Hacienda que establece al ‘autónomo dependiente’ y no lo digo como concepto peyorativo, constato una realidad,
Es otra de las razones que nos obligan a establecer un mecanismo de reparto independiente, proporcional y objetivo para lograr mantener con fondos públicos una pluralidad de medios locales que permitan reforzar nuestro sistema democrático, algo que choca frontalmente con propuestas que planteen por ejemplo la eliminación de los contratos menores en la adjudicación pues su opuesto sería enviar todo el dinero a una gran agencia de publicidad, es decir, privatizar el uso de los fondos, o incluso como ha sucedido en algún municipio crear una empresa pública de medios de resultados nefastos.
La publicidad institucional tiene que ser la palanca de impulso de los medios de comunicación para consolidar proyectos profesionales y con futuro, ni su sostén ni su espada de Damocles.
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