El psicólogo y el activismo del bienestar

OPINIÓN/Rincón psicológico (09/02/2017) – Tal vez ver estas dos palabras juntas nos parezcan algo extraño. ¿Activismo y psicología son compatibles? ¿Tendrá algo que ver la tarea del psicólogo con el activismo social?  Pues, tal vez más de lo que aparente.

Este escrito pretende dar unas guías para ver que psicología y política tienen cosas en común. La política vista desde otro lugar, claro. No la política de partidos o de parlamentos sino la política de los valores; la política de lo que yo deseo y de lo que me dicen que debo desear. Ahi, entra la política personal de la construcción y defensa de mis propios valores. De mi misión de vida. De mi coherencia con todo eso. En ese sentido la aceptación crítica o acrítica de algunos hechos sociales que nos aparecen como dogmas forma parte de la construcción de nuestra conciencia y de nuestro bienestar emocional. No en vano, a veces parte de nuestro dolor es una reacción natural ante fenómenos como pueden ser el patriarcado o la violencia de género, y también la crisis. Resulta claro que si no encuentro trabajo puede ser debido a que no hago bien la búsqueda, pero también puede ser debido a causas objetivas como que sencillamente no hay trabajo. Igualmente, el dolor de una mujer maltratada no es un fenómeno solo interno a esa mujer ni resultado de que se ponga más o menos ropa, o hable con un tono u otro. Esa mujer merece reconocimiento de su situación objetiva de opresión y de las fallas del entorno y la cultura en protegerla. Igualmente, el macho patriarcal convencional también tiene sus opresiones, aunque parezcan menores cuando cree que tiene la obligación de ponerse por encima de la mujer para ser alguien, y si no su destino es sentirse deprimido por no cumplir con alegría el rol obligado.

Por eso te diría que si buscas un terapeuta, asegúrate que es capaz de darse cuenta de que hay males que te ocurren de los cuales no siempre eres responsable. Asegúrate que es capaz de comprenderte a fondo y ver la esencia de tu corazón, tus luchas y tus aspiraciones.

A veces sufrimos por tener un desajuste entre lo que la sociedad nos dice que debemos sentir  y lo que nosotros deseamos sentir y deseamos hacer con nuestra vida. A veces en esa lucha sufrimos y dudamos sobre cómo actuar de manera acorde con  nuestra ética personal o valores. Otras veces, no nos hemos parado a pensar cuáles son esos valores.

Es importante que seamos unos buenos analistas de nosotros mismos al tiempo que somos también críticos con la sociedad sin  anclarse solo a responsabilizarla.

Ese trabajo personal, acompañado de profesionales de la psicología nos puede ayudar a fortalecernos ante el embate de una complejidad creciente sobre la tarea de ser persona y ciudadano en un mundo lleno de estímulos que nos gritan y exigen atención. Igualmente, debemos reconocer la importancia de que tengamos nuestra comunidad de amigos. Nuestra comunidad de apoyo de iguales para sentirnos acogidos y reconocidos. Esos vínculos nos sanan.

Será bueno que exploremos esa responsabilidad colectiva pero también nuestra parte individual.

Desde esa dignidad del sentirse visto y reconocido en lo auténtico es desde donde puede brotar más bienestar. Aunque sea una tarea ardua de años. El fin es noble. Amarnos con mayor sabiduría y situarnos el lugar de mayor luz transformándonos en activistas de la mejor versión de nosotros mismos.

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