GETAFE/El rincón del lector (24/01/2017) – Creo que nadie, salvo los que depositan en su opción política todas las características propias del fanatismo religioso o deportivo, considera que toda medida tomada por los que en su día eligió para que gobernasen, posea el don de la infalibilidad. Don que por otra parte, no reside ni en el que esto escribe. Por lo tanto, que un servidor pueda sentirse cercano al Gobierno municipal de Getafe, no debería ser interpretado como haber descubierto en él algún rasgo de susodicho don. Ahora bien, tampoco y en ningún caso, que una opinión no coincidente con el mismo, en alguna o algunas medidas, pueda significar tener interés alguno en “poner palos en las ruedas”. Todo lo contrario.
Es más, creo que ni siquiera sería sano aspirar a que quienes podamos considerar a este gobierno como el más adecuado, o el menos malo posible, como cada cual prefiera, callemos o adoptemos silencios cómplices, con medidas como el despido de los 21 de LYMA, que desde mi punto de vista, van más allá de una gestión más o menos eficiente de un problema.
Creo que para muchas y muchos como yo, que se sitúan en una posición de empatía, más o menos crítica con el Gobierno de Getafe, la medida de despedir a 21 trabajadores y trabajadoras de LYMA, además de desmesurada y nada equilibrada, la consideramos ajena a unos mínimos valores, no ya de izquierdas, sino incluso a otros más genéricos tales como “progresistas”, “humanistas”, o de cierta “sensibilidad social”, (hasta cristiana si se quiere).
Reflexionar y reconsiderar una medida no es un síntoma de debilidad. Es más bien la firmeza del que escucha y atiende opiniones y argumentos diversos. La debilidad suele parapetarse detrás de “verdades absolutas”, “sectarismos” y “pulsos que nunca tiemblan”.
Aplíquese el convenio colectivo equilibradamente, devuélvanse las ayudas cobradas indebidamente. Pero aprovéchese también para establecer mecanismos de reinserción laboral, mediante cursos que hagan asumir la importancia del servicio público y de la relación con los vecinos y vecinas del municipio. Destínense a todas y todos los trabajadores y trabajadoras municipales esos cursos de formación, para dar valor a los servicios y al empleo público, asumiendo a su vez la importancia social de ese trabajo.
Compañeros y compañeras del Gobierno municipal, el despido no soluciona nada, no enmienda nada, no previene nada, solo garantiza exclusión social.
Lucas
28 enero, 2017 at 8:56
Sr. Gordo, me parece muy bien su sensibilidad pero el privilegio de estas personas tener un trabajo municipal requiere herramientas contundentes a la hora de no cumplir y más de estafar. Son muchas familias necesitas en Getafe que están esperando por una oportunidad de poder trabajar y los que ya la tienen no les basta.
Sensibilidad parados y familias de Getafe que sufren todo esto.
Y el ayuntamiento a gestionar con rigurosidad LYMA.
Ya está Getafe sucio para que ahora también sean inmunes a intentar engañar las ayudas.