GETAFE/Palabra de concejal (23/01/2017) – En el último artículo que escribí para este medio, en fechas cercanas a las Navidades, dejé entrever que las próximas líneas las dedicaría a lo sucedido con el presupuesto municipal de 2017. Se me olvidada, en aquel momento, que la actualidad manda y últimamente Getafe, muy a mi pesar, es foco constante de noticias sobre investigaciones judiciales.
El llamado Caso Teatro ha puesto a nuestra ciudad en el foco informativo de medios locales y nacionales, pero hay otro famoso caso, el Caso Aparcamientos que también ha vuelto a la actualidad informativa hace escasos días.
Me van a permitir ustedes que yo, aunque no soy neutral, me centre en este último, aunque su repercusión mediática no esté, en estos momentos, a la altura del Caso Teatro. La actualidad es así. Los ríos de tinta que se vertieron en sus inicios, no se corresponden con la escasa repercusión que ha tenido su sobreseimiento.
Debo puntualizar que cuando hablo de la escasa repercusión, esta ha sido tan solo a nivel mediático. En lo personal, para quienes han convivido durante ocho años con la sombra de la duda que sobre ellos proyectaba la lentitud de la justicia en pronunciarse, la repercusión ha sido mayúscula. Se acabó. Para ellos, políticos y trabajadores implicados, se acabó la incertidumbre. Para los otros, para los que han utilizado la situación como arma arrojadiza, se acabó también.
¿Se acabó? Cerrar una carpeta, cerrar un expediente es fácil, basta con juntar las tapas. Cerrar un episodio de ocho años de una vida es otra cosa. Cómo sanar del ensañamiento que se ha hecho con algunas personas y por extensión con sus organizaciones. Cómo olvidar que en los insultos la presunción ha estado ausente. Cómo obviar que a los ataques sufridos por quienes se empeñaron en judicializar la política, se unieron inmediatamente los “nuevos” esos que no tenían ningún pudor en llamarnos corruptos y mafia mientras defendían que Tania no sabía que favorecía a su hermano con su voto, esos que justifican o callan ante el pisito del “Junior”.
Tal vez, haya quien piense que ahora, con el Caso Teatro en el Juzgado, con cinco concejales investigados es tiempo de venganza, de cobrarse situaciones vividas en el Pleno del Ayuntamiento. Pero no, tal vez por saber lo que significa la acusación constante, el insulto permanente, no vamos a actuar de la misma manera. Desde mi grupo municipal no queremos venganza, queremos responsabilidades políticas a sabiendas de que para dar ese paso hay que tener algo más que gestos de cara a la galería.
Nosotros dimos el paso de la dimisión, nuestra compañera Sylvia dejó su acta sin que nadie nos la pidiera. Ahora, haciendo mías las palabras que el señor Mesa pronunciara en el salón de Plenos, debo decirles a los concejales investigados del Partido Popular de Getafe que su dimisión “va de la mano del sentido común, la ética, la prudencia, la transparencia y ejemplaridad”.
Señores y señoras del Partido Popular, en política, no se puede soplar y sorber.