GETAFE/La piedra de Sísifo (20/12/2016) – Como todo el mundo conoce, mi tarea principal en la vida es la de ejercer como Rey de Corinto (la misión de empujar la piedra monte arriba la tengo subcontratada), esa función, la de reinar, fue apasionante los primeros siglos de mi vida pero, con el paso del tiempo, ha devenido en algo tedioso, repetitivo y rutinario. Esa es una de las razones por las que, semanalmente, me asomo a esta atalaya, echo un vistazo somero y cuento lo que veo, forméis o no parte de mi pléyade de súbditos. Hay, sin embargo, un ejercicio que año tras año afronto con ilusión y renovados bríos: El Mensaje Navideño.
Recuerdo como si fuera ayer cuando Liberio, que era un sobrino de la cuñada del Papa Julio, promocionó a Papa a la muerte de éste –digamos que la vida de los papas no era especialmente larga- y en su casa eran mucho de celebrar las saturnales. Como siendo Papa estaba mal visto, se lió la manta a la cabeza y decretó que Cristo había nacido en esa fecha, matando dos pájaros de un tiro. Al principio no le auguraron mucho éxito pero, teniendo en cuenta que eso fue en el año 354, sí que triunfó, sí.
Bueno, vamos al lío:
Getafeños y getafeñas, me llena de orgullo y satisfacción saludaros un año más en estas fechas tan entrañables. Estos 366 días, transcurridos desde mi anterior alocución, han estado plagados de sucesos de toda naturaleza que nos han transmitido importantes enseñanzas, nos han curtido como personas y nos han hecho crecer como seres humanos. Referir todos ellos ahora sería tan prolijo como plúmbeo pero, fijarnos en alguno de especial relevancia, no es asunto baladí:
Vaya como primera mención el “Tax diminuere interrumpitur” que sufrieron los vecinos de los barrios de Buenavista y Los Molinos, a cuenta de la aprobación nonata de las Ordenanzas Fiscales. Toneladas de papel a la basura, miles de horas de trabajo del personal municipal corriendo por el retrete, un torrente de ilusión (por el oxígeno que suponía para economías domésticas al límite) convertidas en cabreo monumental por su incomprensible NO aprobación, debido a un ataque incontenible de protagonismo del la muchachada de AG. Un fiasco de dimensiones bíblicas.
Repartidas, como la lotería del niño, resultaron las visitas de las fuerzas de seguridad a la casa consistorial: El 7 de marzo la Policía y el 5 de julio la Guardia Civil, en ambos casos requisando documentación (y alguna que otra detención, de momento, de funcionarios) por un “quítame allá esa corrupción”. No mencionaré quién estaba al frente del Gobierno municipal en la época que se investiga, que son de piel sensible y amenazan con querellas en cuanto toses en su dirección.
Tocada y fuga de Mónica Cerdá. No, no me ha jugado una pasada el corrector sustituyendo “tocata” por “tocada”. Sin conocer las autenticas motivaciones que llevaron a la, ahora, concejala no adscrita a abandonar la escasa bancada socialista, las argumentaciones, denuncias, idas y venidas al juzgado, declaraciones en medios locales, comentarios sotto voce y actitudes varias y viarias, inducen a pensar que a esta mujer le vino muy grande el cargo y, al primer tantarantán, quedó tocada, si no hundida.
El Gobierno de Sara Hernández volvió a recuperar la fórmula de Presupuesto Participativo que hubo en el periodo Castrista (de Pedro), a mi juicio, cometiendo el error de no pasarla antes por el taller. Creo que sería mucho más eficiente y satisfactorio para los vecinos no partir de cantidades fijas por barrio (en algunos se gasta por gastar) sino un porcentaje del presupuesto general que, previa consulta (otra más), se dedicara a compensar las evidentes desigualdades que hay entre los distintos barrios, y decidirlo y ejecutarlo de un modo transparente para evitar susceptibilidades, que las habrá en cualquier caso.
Los Pre-supuestos, supuestos y Post-supuestos van camino de desplazar del prime time local culebrones más antiguos: Pedro Sebastián Orlando Estévez trata de sacar a su humilde familia adelante cuando aparece el malo maloso de Agustín Garmendia, aliado circunstancialmente del vil Paulino Peláez, y entre ambos organizan una estrategia para echar por tierra todos sus esfuerzos por sacar a flote su empresa y arruinarle el futuro. No se pierdan el próximo capítulo de “Pasión por la Cibelina”. En sus mejores pantallas.
Con todo, amados súbditos, el 2016 d.c., no nos ha ido tan mal, siempre se puede mejorar pero no ha sido para echarnos a llorar ni mucho menos. Solo me resta añadir que disfrutéis al máximo de estas fiestas que tanto os gustan (y al Corte Inglés no te cuento). Felices Saturnales, Solsticio de Invierno, Navidad, Hanukkah, Ashura o lo que quiera que sea que celebres, a ver si este año te queda algo de la paga extra para no pasar todo enero comiendo sobras. De nada.