GETAFE/Palabra de concejal (21/11/2016) – Todos los años el 20 de noviembre recordamos el Día Universal de los Derechos del Niño y la Niña. Este año en Getafe, los más peques han trabajado el que, a mi modo de ver, es el derecho más importante de todos: el Derecho a la Educación. Un derecho que actúa como la ‘puerta’ de acceso al resto de derechos, de ahí que garantizar el mismo sea fundamental.
No debemos perder la perspectiva de que la principal función de la escuela es ser compensadora de desigualdades. Por eso es tan importante luchar por una educación pública y de calidad. Frente a modelos educativos segregadores como los que defienden las políticas neoliberales, impulsadas por el Partido Popular a través de su nefasta ley educativa, la LOMCE, en Getafe seguiremos alzando la voz cuantas veces haga falta para que se garanticen los derechos de nuestras niñas y niños.
Es un hecho constatado que en la última década la Comunidad de Madrid ha dado la espalda a la educación pública. Sirva como ejemplo el incremento de las tasas en las escuelas infantiles públicas, primando la implantación de la educación infantil privada. Una etapa, la de educación infantil, clave para el desarrollo integral de los menores. En Getafe, sin embargo, por primera vez hemos creado becas para niños y niñas 0 a 3 años, que están matriculados en escuelas infantiles y casas de niños públicas. De esta forma facilitamos que nuestros vecinos, y en especial familias con rentas más bajas, puedan acceder al sistema educativo público de manera temprana. Además, dentro del mismo programa eliminamos la injusta cuota que el gobierno de Cristina Cifuentes impone a los bebés de 0 a 1 años, por el simple hecho de matricularse en una escuela infantil pública.
No nos olvidamos de las asignaturas pendientes que la Consejería de Educación regional tiene en nuestra ciudad. Especialmente en lo que se refiere a las nuevas infraestructuras educativas públicas, como son los colegios Emperador Carlos V, Miguel de Cervantes o el nuevo colegio en El Bercial. Centros que la Comunidad de Madrid ha decidido construir por fases, obviando su responsabilidad de destinar todos los recursos necesarios para atender a la demanda real de cada barrio, pero sobre todo generando problemas en el proceso de aprendizaje de los menores. Clases y aulas insuficientes, que tienen que convivir con obras durante años, y que dificulta el derecho de esos niños y niñas a recibir una educación pública de calidad. A pesar de la tan publicitada excelencia por parte la Consejería de Educación, un matiz importante respecto a este asunto que no quería pasar de soslayo: excelencia sin equidad, es simple elitismo.
No entiendo otra manera de llevar a cabo verdaderas políticas públicas de calidad en materia de educación en Getafe, si no es de manera colectiva y compartida. Por eso es necesario poner en valor el trabajo conjunto de la comunidad educativa en torno al Consejo Municipal de Educación. Muchos son los retos planteados en el mismo por sus protagonistas, madres y padres, docentes, administraciones o entidades sociales. Muchas y diversas las diferentes visiones, experiencias y propuestas en relación a los mismos. Estoy seguro que en ese contexto tan enriquecedor llegaremos a consensuar iniciativas interesantes y útiles para la mejora de nuestra educación.
Para terminar me gustaría reflexionar sobre esas niñas y niños que son en numerosas ocasiones testigos silenciosos de los peores problemas de la humanidad. Situaciones con soluciones complejas que probablemente tardaremos en resolver, pero que no debemos obviar ni olvidar. Apostar por modelos que fomenten los derechos y las responsabilidades, que faciliten normas para la convivencia positiva, que refuercen el establecimiento de relaciones fundamentadas en la dignidad de la persona. Fenómenos como el bullying, la violencia de género o la LGTBfobia, nos muestran que aún tenemos mucho que recorrer y trabajar en ese sentido.
Y es que hoy más que nunca, aprender a convivir debe ser el gran reto de nuestro sistema educativo. Y el gran reto de todos nosotros como sociedad.