GETAFE/Rincón psicológico (2/11/2016) – El pasado día 29 de octubre se celebró el día mundial del ictus. El ictus es una patología de aparición súbita que afecta a la circulación sanguínea cerebral y que daña una zona del cerebro, perturbando así su funcionamiento. El ictus supone en nuestro país la segunda causa de mortalidad en hombres y la primera en mujeres y representa una causa de discapacidad en 330.000 personas. Se estima que una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida y sorprende observar que las personas jóvenes son cada vez más vulnerables a padecerlo. En efecto, en los últimos 20 años, se ha observado un aumento del 25% en personas de entre 20 y 64 años y aproximadamente el 10% de los afectados son menores de 50 años.
Cada año unas 110.000 personas sufren un ictus en nuestro país. Los avances en la medicina han permitido una mayor supervivencia pero han aumentado el número de casos que guardan secuelas. Así, se estima que en el 35-40% de los casos, el ictus provoca secuelas que limitan seriamente la vida del paciente, lo cual constituye un verdadero problema sociosanitario.
Las secuelas que puede sufrir un paciente tras haber sufrido un ictus son muy variadas pudiendo afectar a la movilidad, a la cognición y al comportamiento. Así, dentro del campo de la neuropsicología, los problemas de memoria, de atención y de las funciones ejecutivas, las dificultades de lenguaje o de razonamiento son particularmente frecuentes. Las dificultades cognitivas, así como las del comportamiento constituyen uno de los principales frenos a la hora de que el paciente se integre en los ámbitos familiar, social y profesional. Estas dificultades dependerán en gran medida de la zona lesionada y de la intensidad del daño.
La neuropsicología tiene por objetivo la evaluación y la rehabilitación de las funciones cognitivas. Así, esta disciplina podría paliar, en la medida de lo posible, las dificultades que sufre el paciente que acaba de sufrir un ictus. La recuperación dependerá de numerosos factores, como por ejemplo de la gravedad de la lesión, pero también del tiempo transcurrido entre el daño y el inicio de la rehabilitación. Es por tanto primordial una rápida intervención, ya que se ha demostrado que cuanto más precoz es el inicio del tratamiento mejores son, en general, las posibilidades de recuperación. Sin embargo, la neuropsicología es una disciplina bastante desconocida y como consecuencia de esta falta de información, la gran mayoría de los pacientes no acceden a estos cuidados especializados.
Aunque ninguno estamos libres de sufrir un ictus, los expertos afirman que en muchos casos el ictus podría prevenirse llevando a cabo una vida más saludable. Los factores de prevención serian:
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MIHURA MARIA DEL CARMEN
18 noviembre, 2016 at 4:36
mi hija tiene una lesion que le afecta la parte motris, de la cintura para abajo sus manos y manejarlas responde bien , no tiene motricidad fina, pero en fin, estudio con mucho sacrificio es licenciada en trabajo social, trabaja, 4 horas diarias, se desempeña en un cuatriciclo, pero si veo que su vida social a veces no la puede manejar, se concentra demasiado en los problemas de los demas, demasiado, y luego vuelve a casa descarga con nosotros todo, por ahi tiene algun olvido , me preocupa es soltera, ha tenido novio , pero nada que valga la pena , y ha sufrido mucho, va al spcologo pero en este momento parece que empeorara sus piernas tienen color morcilla no esta haciendo reabilitacion vivimos en un pueblo chico, soy su mama , pero no se que hacer ya, es grande pero hay que atenderla vive sola pero nos necesita , tiene un auto con caja automatica , maneja en el pueblo todavia no se anima ir lejos, pero esto me despeja las confuciones que tiene gracias gracias