GETAFE/Sociedad (19/10/2016) – Regular los comportamientos ciudadanos a través de normas, y en su caso, de sanciones, no ha sido tarea fácil en este municipio, que una y otra vez ha tratado de sacar adelante una ordenanza de convivencia que contentara a todos. Se va a volver a intentar, al menos así lo ha anunciado el consistorio que elaborará un texto a la vez que trabaja en un plan de convivencia para la ciudad.
La última vez que se llevó una propuesta a Pleno (Juan Soler hizo amagos que nunca fructificaron) fue en los últimos meses de Pedro Castro al frente de la Alcaldía. Un texto controvertido, que se aprobó provisionalmente en el Pleno con el rechazo de PP e IU y el voto de calidad del alcalde. Contenía multas de hasta 750 euros para quien escupa, orine o defeque en espacios públicos, así como quien tienda ropa hacia la vía pública o sacuda prendas o alfombras por balcones y ventanas. Arrojar petardos, dormir en la calle, lavarse en las fuentes públicas, insultar a la autoridad municipal, miembros de la corporación o funcionarios… eran algunos de los aspectos a regular. En los casos más graves, las multas ascendían a 3.000 euros. El enorme revuelo que provocó este proyecto, obligó a dejarlo aparcado en un cajón.
La ordenanza buscará «resolver posibles problemas a través de soluciones que fomenten la propia convivencia». Y desde el consistorio se asegura que será consensuada con vecinos, así como con las asociaciones y colectivos implicados.
Junto a la ordenanza, otro eje será la puesta en marcha del nuevo Plan de Convivencia, «que apostará por la participación y la solidaridad como ejes principales de su acción». Pretende crear en Getafe los mecanismos suficientes para que en todos los barrios y calles de la ciudad, las relaciones entre vecinos sean un ejemplo de respeto y cordialidad. Este jueves se celebrará la primera jornada de recogida de aportaciones para este plan. En ella participarán técnicos municipales de diferentes delegaciones del Ayuntamiento como Cultura, Bienestar Social, Educación, Salud, Urbanismo, Juventud, etcétera, así como entidades y colectivos sociales implicados en estos y otros ámbitos.
Entre las medidas que el Gobierno municipal quiere proyectar a través de este Plan de Convivencia destaca la conocida como Red Antirumores. Una red que estará compuesta por vecinos y vecinas voluntarios, concienciados con la importancia de acabar con los estereotipos y prejuicios, que generan conflictos innecesarios en el día a día de cada uno de los barrios.