OPINIÓN/El Rincón del Lector (07/09/2016) – Viaje de Madrid a Lanzarote. Omito más detalles porque esto es una reclamación genérica, contra la compañía y su política de empresa a mi modo de ver indecente. El quién, cuándo y cómo son irrelevantes, entiendo.
A la hora y media de vuelo mi hija de dos años, que no ha podido coger el sueño, decide explorar el avión y comienza a dar paseos desde la cola a la cabina del aparato. Sólo eso: pasea y saluda a viajeros y tripulación. Ella no entiende de business y aparta las cortinillas para no dejar ni un solo metro sin recorrer. No grita, no corre, no molesta. Solo pasea y saluda. De verdad, una monada.
Uno.
Dos.
Tres. Cambio de personal pero no de argumento
El texto está dramatizado, aunque se ajusta bastante a las conversaciones que mantuvimos. El trato de la tripulación fue correcto. Resulta legítimo que las compañías cobren más por prestar más servicios. Lo que resulta inadmisible es que intenten restringir el paso del pasaje por el avión cuando no hay una normativa de navegación que lo contemple, más allá de las normas de seguridad que deben cumplirse. Y bochornoso que lo hagan con el fin de procurar un servicio por el que cobran.
En ocasiones nos resignamos a que quien tiene el dinero tiene el derecho. En ocasiones, como ésta, esa demostración de poder resulta grosera. Y ante eso no nos vamos a resignar.
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26 junio, 2017 at 17:07
Es poco frecuente encontrar a gente con conocimientos sobre este tema , pero creo que sabes de lo que estás hablando. Gracias compartir información como este.