OPINIÓN/Rincón Psicológico (21/09/2016) – El nuevo año escolar acaba de comenzar y con él aparecen nuevas leyes, reformas… Pero hay algunos niños para los que nada cambia. Para ellos aprender supone un auténtico calvario: son los niños con trastornos de aprendizaje.
El término de trastornos de aprendizaje fue acuñado en 1962 por Kirk para definir a un grupo de niños que aun teniendo capacidades intelectuales normales se encuentran en una situación de fracaso escolar. Así, para este autor «una dificultad en el aprendizaje se refiere a una alteración o retraso en el desarrollo en uno o más de los procesos del lenguaje, habla, deletreo, escritura o aritmética que se produce por una disfunción cerebral y/o trastorno emocional o conductual y no por un retraso mental, depravación sensorial o factores culturales o instruccionales».
Los niños con alguna dificultad en el aprendizaje no obtienen los resultados esperados para su edad, su nivel escolar y su cociente intelectual. Se estima que aproximadamente el 15% de los alumnos presenta algún tipo de dificultad de aprendizaje.
Aunque habitualmente asociamos los trastornos de aprendizaje con la lectura, la escritura y el cálculo otras muchas dificultades como la hiperactividad, el retraso del lenguaje, las dispraxias, los trastornos de la funciones ejecutivas, las dificultades neurovisuales, los trastornos de la percepción, etc., pueden impedir que el niño aprenda correctamente.
También, ciertas patologías de tipo neurológico como la epilepsia, pueden ir asociadas a dificultades de aprendizaje.
Debido a la variabilidad de la sintomatología y al hecho de que no existe un perfil único en los trastornos de aprendizaje, estos problemas no siempre son fáciles de identificar. En ocasiones las dificultades pueden pasar desapercibidas y existe una tendencia a pensar que puede tratarse de algo pasajero y que se corregirá con el tiempo. Además, es posible que el niño acumule varias dificultades, lo que puede dificultar el diagnostico.
Sin embargo, los síntomas de un trastorno de aprendizaje ya están presentes en la etapa preescolar. Entre los signos de alerta que podemos encontrar en las diferentes etapas del desarrollo del niño están:
Un diagnostico precoz de estos problemas y una adecuada intervención dará al niño la oportunidad de desarrollar las habilidades necesarias para llevar a cabo sus aprendizajes de una forma óptima.
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