OPINIÓN/Palabra de concejal (26/09/2016) – A quienes pasamos durante nuestra juventud tantas y tantas mañanas de domingo en las gradas de Las Margaritas, viendo al equipo del legendario Caballero luchar en aquel durísimo grupo I de la 2ªB, nadie nos tiene que explicar lo que significa ser del Geta. Hemos vivido juntos el paso de grandes jugadores como Gica, Vivar Dorado, Celestini, Belenguer o Cata, la euforia del ascenso, la emoción de aquellas noches europeas, la decepción mezclada de orgullo de aquellos cuartos de final contra el Bayern, la ilusión de la marea azul en las finales de Copa, y el sufrimiento de los últimos años en las gradas visitantes de Santander, San Sebastián, Vallecas… y sí, la desolación en Sevilla. No, nadie nos tiene que explicar el sentimiento azulón. En Segunda, un año más, seguiremos abonados. Ni Madrid, ni Barça, ni Atleti: somos del Geta.
A pesar de este sentimiento, tenemos la firme convicción de que el dinero público no se puede transferir a un club que funciona como una empresa privada. Los Gobiernos del PSOE fueron profundamente irresponsables dilapidando ingentes cantidades de dinero público, más de 22 millones de euros -impuestos de quienes disfrutan el fútbol y de quienes no-, en un periodo de crisis económica en el que muchas familias pasaban por enormes dificultades. A nadie le puede parecer ético que el dinero público termine en una entidad que paga sueldos millonarios, mientras hay familias desahuciadas.
La aprobación del convenio de 2011, profundamente injusto y lesivo para los intereses de nuestra ciudad, contemplaba una desproporcionada subvención de tres millones y medio de euros sin apenas contrapartidas -pobre excusa la Escuela de Fútbol- que, lógicamente, ha ido en detrimento de otras prácticas deportivas: baloncesto, balonmano, fútbol base… y ha estado acompañada de nula implicación en la vida de la ciudad y carencia de políticas sociales. Son parte de las implicaciones del fútbol de élite, completamente mercantilizado, en el que priman los intereses económicos de unos pocos, sobre el de los aficionados.
Tras las elecciones de 2011, la llegada de un Gobierno con una actitud valiente y decidida podría haber denunciado el convenio y resuelto la situación. No fue el caso del PP, que escondiendo la cabeza como un avestruz solo contribuyó a agravar el problema y a que el club interpusiese una demanda contra el Ayuntamiento.
A día de hoy, la actitud de PSOE y PP en este asunto, como en tantos otros, muestra una absoluta falta de altura política: se culpan mutuamente de la situación. De nada sirven esos reproches; sería mucho más positivo que ambos reconociesen su parte de culpa, asumiesen sus responsabilidades y se sentasen a trabajar colectivamente junto a los demás grupos, el club y los aficionados, en la búsqueda de la mejor solución.
No se trata únicamente de recuperar la utilización parcial de las instalaciones municipales. También es necesario aclarar las numerosas irregularidades administrativas y urbanísticas que rodean al club. Lo justo es que una empresa privada que maneja presupuestos millonarios pague el IBI de las instalaciones que utiliza mediante una concesión administrativa, los más de 260.000€ en suministros, el coste de los dispositivos policiales y demás gastos que conlleva su actividad.
Es por todo esto por lo que seguiremos trabajando desde Ahora Getafe, y por lo que seguiremos denunciando cualquier irregularidad; porque queremos que la relación entre club y Ayuntamiento esté bien regulada y sea lo más clara y transparente posible… y todo esto sin perjuicio de ese sentimiento azulón que, en estos tiempos difíciles para el equipo, nos impulsa a tantas personas de Ahora Getafe a seguir animando desde la grada en cada partido y diciendo: “¡Vamos Geta!”