Hace unas fechas, les decía que los dos pilares de una sociedad son los ancianos, porque todo lo que somos, es gracias a ellos y los niños, porque son el futuro de cualquier pueblo.
En la pasada ocasión hablé de los ancianos, y hoy, me centraré en los niños, en cuanto a como sociedad nos ocupamos de ellos.
Como principio, ningún niño, desde que nace, debería sufrir ninguna carencia en alimentación, sanidad, cariño y educación, porque son los cuatro soportes mínimos y fundamentales, aunque hay muchos más, para que un niño se desarrolle adecuadamente.
En todos los ciclos, Preescolar, Primaria, Secundaria, Formación Profesional y universitaria, el gobierno debe primar la educación pública, dotar de las becas necesarias, para que todos los niños tengan igualdad de oportunidades según sus capacidades, respetar la escuela privada, mantener la educación concertada solo temporalmente, hasta que se pueda cubrir en la pública.
Esto permitiría, concentrar más recursos económicos en la pública, justo lo contrario de lo que hoy ocurre, y permitiría una gran mejoría, tanto en calidad como en cantidad, sin embargo, hoy, el gobierno, está desviando gran parte del presupuesto de educación, financiando la escuela privada o pseudoprivada, dedicando gran parte de los recursos económicos a colectivos con mayor poder adquisitivo, en detrimento de las capas sociales menos privilegiadas, lo que provoca de manera continuada, mayor desigualdad.
Casi todos coinciden, en la necesidad de un pacto nacional por la educación, dado que claramente, debemos mejorar en varios campos, empezando por el fracaso escolar, en el que en Europa somos líderes, y naturalmente, en ese pacto, deben abordarse otros importantes temas a la vista de nuestro entorno nacional, de las nuevas necesidades formativas, de nuestro desarrollo económico y social para la prosperidad de nuestro pueblo.
Hay que plantearse seriamente las materias realmente importantes, establecer un cuadro único curricular y evaluable a nivel nacional, que nos permita superarnos y superar nuestra posición en Europa, mejorando claramente las capacidades de nuestros jóvenes en campos fundamentales, y dar satisfacción a la mayoría de sus padres.
Es necesario, huir de todo sectarismo, en especial, del político y el religioso, temas que deben ser tratados en nuestra educación, de forma que, cuando nuestros jóvenes lleguen a su mayoría de edad, tengan capacidad para entender y decidir, con respeto y libertad, tanto sobre estos temas como sobre tantos otros.
Seamos serios, sinceros, honestos y tengamos altura de miras, para que nuestro futuro mejore, siendo capaces de hacer mejorar, a nuestro pilar fundamental de futuro, nuestros niños.