«Me siento engañada y estafada. Nos dijeron que iba a haber 8 aulas, pero nunca nos dijeron que se iban a quedar sin aula de psicomotricidad. No quiero llevar a mi hijo a este colegio. Estamos viviendo una pesadilla». Una de las madres de los alumnos del Miguel de Cervantes, el aún inacabado colegio de Los Molinos, apenas puede reprimir las lágrimas cuando habla de la situación que están viviendo. «Me siento estafada. Este colegio no responde a las expectativas». La reunión entre el Ayuntamiento y los padres es dura, la indignación es patente. El concejal de Educación, Álvaro Gómez aguanta estoicamente las críticas. Nadie de la Comunidad, responsable de la mala planificación de este centro, está presente.
El Miguel de Cervantes ha sido un despropósito desde sus inicios. Primero concibiéndose como una escuela infantil, luego encargando un proyecto ‘singular’ y modular que se tuvo que adaptar para convertirse en colegio de Infantil y Primaria, un centro que una vez se inicia el proceso de adjudicación de las obras ninguna empresa quería construir. Los niños ya matriculados han tenido que desplazarse este curso al Gabriel García Márquez, donde han sido ‘acogidos’ este año.
El problema es que el nuevo edificio, del que únicamente se está construyendo la primera fase de Infantil, nace ya con falta de espacio. Únicamente dispondrá de 7 aulas, además de la sala de psicomotricidad. La avalancha de peticiones de matrícula para 3 años hizo que la Comunidad decidiera abrir un aula más: 8. No hay espacio. «Ahora no tengo opción de salirme si no quiero estar en un aula masificada, con 27 niños», decía una madre. «Si no hay espacio, ¿por qué aceptan un aula más de 3 años?», lamentaba otra. El próximo curso se iniciará con cuatro clases de 3 años, dos de 4, otra más de 5 y una en 1º de Primaria.
Los padres descartaron en la reunión mantenida ayer la posibilidad de hacer clases mixtas para reducir el número de unidades. «La experiencia de este año ha sido nefasta», decía una madre que ha sufrido este año esa experiencia. «No había suficientes profesores ni espacios para hacer desdobles entre los niños. ¡Mi hijo se tenía que ir a dar inglés al despacho de la directora!». No quieren repetirlo.
La primera alternativa era renunciar al aula de psicomotricidad. El concejal de Educación ha planteado otra alternativa: que se renuncie a la sala de profesores para convertirla en el aula que falta. Las preocupaciones por la falta de espacio son muchas: «¿Dónde van a hacer gimnasia? ¿Los desdobles de inglés, de valores se van a poder hacer? ¿No hay clase de Música?…».
Los padres planteaban que se hicieran dos aulas más. «Es imposible. El proyecto no se puede modificar y lo único que podemos hacer es reclamar que la siguiente fase se haga cuanto antes, de hecho hemos pedido que se haga el colegio entero», explicaba Álvaro Gómez, que trataba de consensuar una propuesta común de cara a la próxima reunión que tiene la próxima semana con la Comunidad de Madrid. «Hemos intentado recoger las propuestas de los padres, como solicitar más profesores de apoyo, ya que el colegio va a tener unas ratios muy altas», contaba el edil al finalizar la reunión. «Vamos a pedir que se agilicen los trámites para la siguiente fase, que tiene que estar disponible para el siguiente curso». Ese módulo de otras 6 aulas, podría contribuir a aliviar la situación. De momento.
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