¿Se acuerdan ustedes? “En este mundo cruel, nada es verdad ni mentira…”.
Ya estamos en otros comicios electorales, y no han tardado en aparecer cada uno con sus verdades, que en ocasiones parece que hablan ex cátedra, que no cabe el error, y nos presentan sus “recetas”, con las que España mejorará el empleo, la educación, la sanidad, la economía…, en definitiva, todos prosperaremos.
Doy por hecho que el tema no es nada fácil, pero en ningún caso, debemos de comulgar con ruedas de molino. Si se habla de empleo, principal problema de España, debemos preguntarnos ¿qué tipo de empleo? Uno digno y estable, que permita a las familias desarrollarse en todos los campos y programar su futuro, o aquel que para comer, pagar el alquiler, la luz y el agua, necesites ser ayudado por los Servicios Sociales o por las ONG.
La economía española ha mejorado, y yo estoy de acuerdo, solo que esa riqueza, no ha sido para todos. Los análisis de casi todos los observatorios mundiales, nos dicen que los ricos se han hecho más ricos, y los pobres se han hecho más pobres. ¿Hasta dónde se va tensar la cuerda?
Hay que empezar por las leyes, porque algunas de las que tenemos, da la sensación que están hechas para beneficiar mayoritariamente a los poderosos, permitiéndoles grandes rebajas en sus impuestos, incluso repatriar sus millones desde paraísos fiscales, los que evidentemente, no ganaron con el sudor de su frente, y que en numerosos casos se les ha sancionado por tramposos, a pagar un 3%, mientras que, cualquier hijo de vecino, tiene que pagar de su salario el 10, 12, 20,…%.
Con este panorama, no les extrañe que la educación pública vaya peor, que la sanidad pública siga haciendo recortes, porque los políticos de nuestro país no están a la altura necesaria para apoyar normas y leyes que favorezcan algo más a lo más desfavorecidos, a los más humildes, al pueblo que dicen querer tanto.
Y mientras tanto, los poderosos, se pagarán sus buenos seguros médicos privados, sus hijos podrán elegir universidad, y seguirán disponiendo en algunos casos, del amparo, de los poderes públicos, gracias a algunas leyes.
Deberían darse cuenta, de que las pretensiones del ser humano, son simples y hasta humildes, y que no es bueno tensar tanto la cuerda.