Ayer celebramos el Día Mundial de la Salud, en esta ocasión, poniendo el énfasis sobre la diabetes. Es buena esta sensibilización de forma puntual con algunas enfermedades, celebrando el día de la lucha contra cáncer, de la esclerosis, el alzhéimer, o la fibromialgia, por poner algunos ejemplos. Pero no perdamos de vista que existen las asociaciones de apoyo a miles de personas con estas dolencias, y que necesitan los recursos económicos mínimos para realizar con dignidad las terapias indispensables para sus asociados, máxime cuando estas labores en casi todos los casos deberían estar cubiertas y atendidas por las administraciones competentes y, no solo esto no ocurre, sino que, en algunas ocasiones se les recortan subvenciones.
En tanto esto no cambie, la mayoría podemos y debemos tomar cartas en temas tan importantes como la salud, no permitiendo que se deteriore más. En nuestros centros de salud, hospitales etc., exigiendo una atención adecuada en tiempo y forma y participando y apoyando a estas asociaciones.
Hay otras cosas que sí dependen exclusivamente de nosotros, los ciudadanos. Estas últimas semanas, ha habido varios llamamientos por la necesidad urgente de sangre en toda nuestra región, y esto no lo pueden solucionar desde las administraciones, esto nos corresponde a nosotros.
Donar sangre es regalar vida y la mayoría de nosotros o en nuestro entorno familiar necesitaremos, en algún momento de nuestra vida, sangre de otras personas porque es necesaria tanto en tratamientos de enfermedades, como en operaciones quirúrgicas, trasplante de órganos, o con motivo de accidentes, quemaduras, hemorragias, etc. La sangre, esta sustancia irremplazable, que no se puede fabricar, solo se puede conseguir gracias al altruismo y la solidaridad de las personas que donan vida.