España es un país aconfesional, según su Constitución. Y Ahora Getafe ha puesto sobre la mesa un debate que va más allá, llevando a Pleno una propuesta en la que se defiende la laicidad del Ayuntamiento y propone darle una «concreción práctica». De esta forma, entre los puntos que proponen está «instar al Gobierno Municipal a regular que los miembros de la corporación local y el personal al servicio de la administración municipal no muestren, en el ejercicio de su cargo o de sus funciones, ningún gesto de sumisión o veneración de personas o imágenes religiosas, ni participen en función de su cargo en dichas manifestaciones religiosas».
Queda una semana para la tradicional Bajada de la Virgen, que en esta ocasión será el 5 de mayo. Un acto en el que tradicionalmente el alcalde o alcaldesa de turno entrega a la llegada a la ciudad de la imagen, el bastón de mando, que conservará la Virgen mientras esté en la ciudad. En el caso de aprobarse esta moción en el Pleno de la próxima semana, los concejales no podrían acudir a este multitudinario evento en representación del Ayuntamiento.
La propuesta no solo abarca la representación municipal en actos religiosos, sino también aspectos como «retirar de los espacios de titularidad pública que dependan de este Ayuntamiento toda simbología religiosa, salvo aquella que signifique un bien patrimonial e histórico especialmente contrastado». Tampoco se permitiría «donar, ni facilitar suelo público, ni locales, ni conceder financiación pública o exenciones fiscales municipales para la instalación de infraestructuras o realización de actividades a ninguna confesión o institución religiosa».
Se pide al Gobierno que se elabore un censo de los locales, viviendas o espacios rústicos que están exentos del pago del IBI, así como las propiedades «de las que se haya podido apropiar la Iglesia católica, mediante el sistema de inmatriculación, desde 1946». El cementerio será exclusivamente civil y «los familiares de los difuntos, sin exclusión alguna por motivos de religión o de convicciones, puedan celebrar las ceremonias y enterramientos que estimen pertinentes en base a sus creencias y convicciones, dentro de la legalidad, higiene y salubridad públicas».
La proposición ha sido rechazada en la comisión previa al Pleno.