Debo reconocer querido lector mi intención de dedicar esta cita semanal a continuar con la cuestión del Parque de la Alhóndiga. Queda mucho por analizar: estaciones eléctricas, cables acuáticos o mobiliario urbano, sin ir más lejos; lo haré, vuestros comentarios demuestran el interés que genera esta cuestión y es de agradecer.
Pero desde hace tiempo viene dando vueltas en mi cabeza la cuestión de la denominada ‘representación’, es decir, la presencia en actos ‘públicos’ de los concejales que forman la corporación municipal, da igual el color político, mi reflexión, pretendo, vaya un poco más allá de la omnipresencia de Sara Hernández o la ausencia constante de Juan Soler.
Simplemente siguiendo las redes sociales de nuestros ediles este pasado fin de semana comprobamos la intensa agenda de los mismos en especial los días festivos, igual te plantan un árbol, inauguran unos columpios para adolescentes, van a ver baloncesto en silla de ruedas, acuden al teatro, van a una carrera universitaria o se ‘calzan’ un botillo. Creo de justicia reseñar la inteligencia de nuestra primera edil, además de hacer presencia física, practica deporte, dos en uno: trabajo y ocio; con esa agenda no queda otra.
No tendría espacio físico suficiente en esta columna para detallar los actos que durante el pasado fin de semana han contado con la presencia de concejales en nuestro municipio. Obvio los actos de cada partido a nivel regional o nacional: una locura. La cuestión es qué sentido tiene la presencia en todos los actos que te inviten, evidentemente existen actos del propio Ayuntamiento donde se exige la presencia de la alcaldesa y los concejales pero una gran mayoría son invitaciones de colectivos de la ciudad.
Y la presencia de los concejales en estos actos más allá del loable contacto con la ciudadanía, no deja de tener un ‘interés electoral’, entiendo que son seres humanos, con familia, amigos y vida propia, -que los partidos ‘grandes’ pueden ‘repartirse’ los fines de semana entre los distintos concejales, los pequeños, no– y que deberían dar ejemplo en cuestiones que dicen defender como son la conciliación de la vida laboral y familiar.
Pero como vecino lo que más me preocupa es que entiendan que este es el esfuerzo por el cual reciben un salario cada mes: nada más lejos de la realidad. Su trabajo es atender las necesidades del municipio, sus compromisos electorales, el trabajo, seguro más aburrido, de la oficina, me preocupa que dediquen más horas a estas cuestiones que a realizar un reglamento de participación ciudadana, el reglamento de Pleno, una nueva ordenanza de medioambiente o mejorar el servicio, nefasto por cierto, de la delegación de Educación para los periodos vacacionales, por poner algunos ejemplos.
No puedo obviar, creo que es de justicia, pedir a la sociedad civil de Getafe que entienda también que el trabajo de nuestros políticos no es ‘acompañar’ a sus vecinos en cada acto que se organice, no debe considerarse un ‘agravio’ la presencia o no de los ediles municipales, no es su trabajo, una sociedad adulta debe entender que la labor del político es facilitar la vida social en nuestro municipio no protagonizarla.
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