Han pasado cinco días en prisión preventiva, pero hoy el juez ha decidido, a instancias del fiscal, poner en libertad a los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García, que fueron encarcelados el pasado viernes tras una representación de su obra La bruja y Don Cristóbal, de alto contenido violento y que fue programada para ‘todos los públicos’. El fiscal ha estimado que ya no hay riesgo de fuga ni tampoco de que se puedan repetir los hechos objeto de procedimiento y por eso se ha decidido ponerlos en libertad. Desde el viernes estaban en prisión incondicional comunicada. Tendrán que personarse diariamente en los juzgados y han tenido que entregar su pasaporte.
A pesar de la liberación, los cargos se mantienen por un delito de incitación al odio porque varias escenas «constituyen, a priori, un modo de fomentar, promover o incitar al odio, hostilidad o violencia contra un determinado grupo de personas». Y, respecto del delito de enaltecimiento de terrorismo, dice que cualquier persona que lea el cartel exhibido con el lema Gora Alka-Eta «puede verificar que se está alabando o justificando a los autores de hechos terroristas o a los propios hechos».
La función se desarrollaba en el barrio de Tetuán durante las fiestas de Carnaval y los padres de los niños que asistían a la representación fueron los que dieron la voz de alerta y llamaron a la policía.