Cinco años y medio han pasado desde los incidentes de la huelga general de septiembre de 2010. Hoy se ha vuelto a revivir punto a punto lo que aconteció en la puerta sur de Airbus, con Pepe Alcázar, entonces presidente del comité intercentros, como primera voz que ha explicado lo acontecido. Ha respondido a todas las preguntas que le han formulado, tanto de la acusación como de su defensa, al igual que el resto de los 8 de Airbus.
Lo primero que le sorprendió a Alcázar fue «la presencia de antidisturbios» en la concentración que se había producido a las puertas de Airbus. Todos han manifestado que el ambiente era tranquilo a primera hora de la mañana «prácticamente festivo». Hasta que se produjo el «tumulto» en el que todo comienza a ser muy confuso. «La policía pegó palos a diestro y siniestro, como en la dictadura. ¿Por qué actuó así la policía? Todavía me lo pregunto», testificó Alcázar.
Tanto él como la mayoría de sus compañeros intentaron mediar en el conflicto. «Me intenté poner en contacto con alguien responsable de seguridad. Busque otro superior: que recaben la presencia de algún superior de policía para poner orden. Hablé con Toxo. A la media hora se pudo poner orden». El objetivo de todos era «poner cordura. Había mucha tensión», sobre todo a raíz de los disparos al aire que se produjeron. «Creo que hay una denuncia de la policía para justificar los disparos que hicieron», lamenta Alcázar. «Hay que buscar un culpable y es muy fácil buscarlo en el máximo responsable sindical».
Uno tras otro han desmentido que en ningún momento se impidera la entrada a ningún trabajador que quisiera entrar a trabajar y han negado categóricamente que agredieran a ningún policía. Algunos de ellos, como Jerónimo Martín, incluso recibieron un golpe en la cabeza que le llevó a la enfermería. «No sé muy bien cómo fue: fui hacia el tumulto y alguien me dio por detrás. Me tuvieron que llevar al botiquín, sangrando abundantemente». El médico le mandó a casa.