La cifra da escalofríos y no es para menos. A Europa, según Save de Children, llegaron en 2015 más de 26.000 niños sin acompañantes: de ellos 10.000 están desaparecidos, muchos de ellos como confirma Europol, víctimas de las mafias de esclavitud y explotación sexual. En Italia se han ‘perdido’ 5.000, otros 1.000 en Suecia, mientras en países como Dinamarca se toman decisiones como confiscar el dinero que posean los refugiados por encima de 1.340 euros. Se piensa en deportaciones masivas, mientras los niños se pierden, desaparecen, se esfuman del control y nadie los protege.
Las mafias llegan a todos los confines y la policía no da abasto. Pero lejos de tomar decisiones responsables, la Unión Europea se está planteando criminalizar la labor de ONG que atienden a los refugiados y acusarlos de «complicidad».
Mientras tanto, 10.000 niños están perdidos, secuestrados, atrapados en mafias. Una vergüenza más para Europa.