Je suis Charlie… ¡y una mierda!

charliehebdo_ene2015Hubo una foto que reflejó de manera cristalina la doble moral del PP a la hora de hablar de libertad de expresión y de transparencia. El posado de Juan Soler y otros concejales en la puerta del Ayuntamiento portando una pancarta en la que se podía leer: Je suis Charlie; Yo soy Charlie. Acababan de cometerse los atentados contra el semanario y el país entero se solidarizaba con este ataque a la libertad de expresión. Mientras Soler portaba ese cartel, en este municipio se había vetado a GETAFE CAPITAL en las ruedas de prensa, se le había negado la publicidad institucional, no se le facilitaba información ni entrevistas, se retiraban de las calles periódicos no afines, se orquestaban campañas de desprestigio y pululaban por el municipio libelos difamatorios apuntando (sin firma, por supuesto) a aquellos que no comulgaban con la religión popular.

Juan Soler ahora reclama un grupo de transparencia. Ahora quiere conocer las cuentas publicitarias del Ayuntamiento, las mismas que desde la oposición le reclamaron una y otra vez y nunca quiso facilitar. Ahora quiere restringir gastos y cuestionar dónde y cómo se producen. El mismo que derrochó cantidades ingentes de dinero en medios nacionales de escasa repercusión en Getafe para su glorificación personal.

Juan Soler ahora quiere un consejo de redacción para el Boletín municipal, admitiendo, sin pudor, que sí, que en su época estaba plagado de fotos suyas, pero que entonces eso era periodismo objetivo y ahora ya no. Ahora los ciudadanos «tienen derecho a ser informados con neutralidad». Antes no. Y no lo decimos nosotros, lo dijo el Defensor del Pueblo que exigió que se eliminaran notas de prensa que desprestigiaban a la oposición y cuya petición no quisieron atender.

Lo que sí le sigue gustando a Juan Soler es la censura. La que practicó cuando gobernaba y que tras ejercerse en la sombra, se puso de manifiesto en el veto a Los Chikos del Maíz en Cultura Inquieta. No le gustan las letras, las considera difamatorias y vejatorias, pero en lugar de irse a los tribunales si tiene esa certeza, prefiere practicar la censura: más fácil, más cómoda, más eficaz. Y lo más grave, pretende que también la ejerzan otros.

Juan Soler ahora está en la oposición. Los ciudadanos le colocaron ahí, quizá por todo lo que no hizo antes y que ahora reclama que hagan otros.

Ahora que vuelva a salir con una pancarta de Je suis Charlie. Y ahora que le crean.

Redacción Getafe Capital

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