Tranquilidad, no les voy a pedir el voto para nadie, ni les pienso dar una charla sobre el color de moda que llevarán nuestras chaquetas este próximo invierno, me da igual azules que rojos, no me importan naranjas o morados, y ni siquiera magentas o verdes.
Entienda querido lector que esto no es una invitación a la abstención, ni mucho menos, soy de los que creen fundamental, casi obligatorio, ejercer el derecho que nos da ser ciudadanos de un país, votar; ahora bien, esto se puede realizar de diferentes maneras.
Desde hace años somos muchos los ciudadanos que creemos que uno de las principales causas de la corrupción es la endogamia de los partidos políticos, la falta de democracia interna de los mismos, por ello venimos reclamando elaboración de primarias abiertas a toda la ciudadanía para la concepción de las listas que se presentan a cualquier elección, además creemos que esa elección debe ser igualmente abierta para que, usted o yo, elijamos los candidatos que creemos idóneos para ejercer las responsabilidades encomendadas.
Cierto es que estamos avanzando en esta cuestión, a paso de tortuga y con trampas, pero avanzando, están quienes permiten que cualquiera vote pero limitan quien se puede presentar, están quienes permiten que se presente cualquiera pero solo votan ellos, están quienes limitan las personas que se pueden presentar y quienes pueden votar, finalmente están los que directamente se lo pasan por el forro.
Quienes desean restar credibilidad a esta urgente necesidad de nuestro sistema democrático ponen como ejemplo la elección que el próximo domingo realizaremos al Senado de España, en esa votación existe la posibilidad de elegir a diferentes candidatos marcando una cruz, en el caso de Madrid son tres, en un 99% de ocasiones se vota al mismo partido que nos proporciona una lista cerrada y compacta en el sobre blanco, y, por pereza, desconocimiento, vaguería o cualquier razón que ustedes gusten, hacemos lo propio con el sobre sepia.
Con este acto de marcar las tres cruces de un mismo partido, o una, en el caso de aquellos que solo presentan un senador, estamos colaborando con ese discurso de quienes no creen en la democracia representativa que nuestro sistema establece, por eso, y pese a la incomodidad que sé vamos a producir a nuestros vecinos responsables de las mesas electorales demostremos que queremos participar un poco más de nuestra vida democrática, pongamos tres cruces distintas a tres partidos diferentes.
Y no me contradigo querido lector, puesto que cierto es que no podemos votar como nos gustaría a las personas que se presentan pues nadie les ha pedido que hagan campaña para explicar sus actuaciones en la denominada cámara alta, y visto que el consenso generalizado de la población entorno al Senado es su inutilidad manifiesta sea al menos un espacio donde demostrar que los ciudadanos queremos participar más allá del próximo domingo.
Nos vemos en las urnas.