Nada por aquí, nada por allá. Que no. Que ha desaparecido. Si alguien iba al Ayuntamiento (escasos, es verdad) en bicicleta, que se olvide de dejarla bien aparcada en su correspondiente espacio para bicicletas: con la llegada del Belén a la plaza de la Constitución, los usuarios de este servicio se tienen que conformar con buscar una señal, una valla o mendigar un espacio para su bicicleta. ¡Eso sí que es promover la movilidad sostenible!