En Airbus Group se están produciendo cambios. Cambios profundos entre los que se encuentra el modelo de relación laboral con los sindicatos que en esta empresa había sido ejemplar en los últimos 15 años y que con los cambios en la dirección corre riesgo de resquebrajarse. Los últimos pasos van en esta dirección, con la apertura de expediente a dos sindicalistas de CCOO y CGT que fueron quienes impulsaron la protesta de trabajadores tras el conocimiento del presunto caso de acoso laboral del CEO de Airbus, Luis Pizarro, a un trabajador. Precisamente por este caso, y tras las investigaciones oportunas, la empresa decidió cesar a Pizarro. Por eso no se acaban de entender las sanciones que se han derivado a los trabajadores.
Los sindicatos han decidido mostrar su desacuerdo con esta decisión convocando para hoy sendas «asambleas generales en paro», que se repiten en los tres turnos de la fábrica durante una hora y que han sido secundadas por alrededor de un tercio de la plantilla, fundamentalmente por los más veteranos. Los sindicatos están satisfechos con esta repuesta, y también con la que se ha dado a otra de las medidas que han propuesto a los trabajadores: la ‘no colaboración’ con la empresa a la hora de responder a peticiones fuera de convenio: horas extraordinarias, labores fuera del contrato firmado…
Son conscientes de que la producción y el cumplimiento de los plazos marcados depende en gran medida de la voluntad de los trabajadores para hacer horas extraordinarias incluso por encima de la legalidad. «No se puede ser exquisito con el cumplimiento de las normas, cuando después estás pidiendo la colaboración de los trabajadores», explican los sindicatos. Así que en Airbus se vive un pulso en el que está en juego el papel de los sindicatos. Si son capaces de que la empresa les tenga en cuenta o definitivamente se puede derrumbar el modelo de participación de estos en la empresa.
Se da también la circunstancia de que el convenio colectivo vigente desde 2011 finaliza en poco más de un mes y se tiene que constituir la comisión negociadora que lo saque adelante.
Pero la preocupación va más allá. Afecta al papel que va a tener la delegación española dentro de Airbus en los próximos años y que está perdiendo poder frente a Alemania en cada uno de los pasos que se están dando en los últimos meses. Se han trasladado delegaciones comerciales al país germano que antes se controlaban desde España y que ahora «están vaciando de competencias». Programas como el del Eurofighter acaba en 2 años, el del A400N de momento no ha conseguido ampliar los 168 aviones que se habían encargado y que no supondrían más de 6 años de trabajo. La pregunta es ¿qué va a pasar de ahí en adelante?
Desde los sindicatos están convencidos de que ninguno de los pasos que se están dando responde a la improvisación y no saben cuál es el destino de los que se están dando en la actualidad.