A mediados de julio se paralizaron las obras del Teatro Madrid por las deficiencias estructurales que tenía el proyecto que se estaba construyendo y que suponían importantes modificaciones. Cuatro meses después, cuando las obras (en teoría) deberían estar finalizando, en la calle Madrid únicamente queda un triste proyecto de esqueleto, grúa incluida, y las redes y pancartas que recuerdan el que iba a ser el gran proyecto de Juan Soler, proyecto hoy judicializado. Poco más. Nada se sabe de qué se va a hacer con este edificio, ni cuando. La alcaldesa Sara Hernández prometió que se acabaría, y de hecho hay una partida presupuestaria preparada para ello, pero nada más: ni plazos, ni proyecto, ni empresa… no se sabe nada.