Desde los sindicatos se había denunciado la «masificación» que se había producido en las oficinas de la empresa municipal de Limpieza y Medioambiente, LYMA, durante en la última legislatura. Un aumento de personal que se cifró en 27 personas que se habían incorporado a estos puestos y que suponían un sobrecoste para la empresa cercano al millón de euros. Tres meses después de entrar en el Gobierno la nueva dirección de LYMA junto al concejal responsable, Ángel Muñoz, han trazado un plan de reestructuración que ha afectado a 14 personas, a las que ya se les ha comunicado el despido. «Las oficinas estaban sobredimensionadas. Había puestos duplicados y directores que se habían creado nuevos, donde antes no existían: algún departamento se había dividido», para dar cabida a más gente, explica el edil. «No se podía sostener económicamente».
Entre los despedidos figuran antiguas concejalas populares que se habían situado en esta legislatura en LYMA, así como antiguos cargos de confianza populares o militantes que ya habían superado sobradamente la edad de jubilación. También está entre los despedidos, además del gerente, Federico Zarza, la asesora del entonces concejal de Medioambiente Jesús Burranchón, cuya nómina corría a cuenta de la empresa municipal y que aparece en conversaciones telefónicas investigadas dentro de la trama Púnica.
Los despidos ya se han comunicado y «se trata de despidos disciplinarios y también por causas objetivas y económicas cuyos procesos están abiertos», explica Ángel Muñoz. El objetivo final, a pesar del coste que pueden tener estos ceses, es frenar la desviación de presupuesto que se estaba produciendo en la empresa municipal y que anda cercana al millón de euros. Con la mayoría no ha habido acuerdo.
Muñoz certifica que no habrá nuevas contrataciones. «Se necesita un informático, pero se hará por promoción interna», asegura. «Hemos hecho un protocolo de contratación encaminado al ALEF, también junto a servicios sociales. Hemos mandado los puestos específicos que tiene LYMA, para que cuando necesitemos uno, sea ALEF el que pueda hacer la selección para que se acople a las necesidades. Así se contratará». Quiere que «las contrataciones sean lo más limpias posible».
En principio, con esta reestructuración se podría trabajar adecuadamente y no planean hacer despidos entre los trabajadores de base. «De hecho estamos intentando renovar a todo el personal».
Niega que se trate de despidos políticos. «Sigue trabajando gente del PP. Se ha despedido por causas objetivas y económicas, no por un carné. Aquí hay gente trabajando del PP, del PSOE, de IU, e incluso de Ahora Getafe…». Y diariamente se reúnen con los sindicatos, que en el caso de UGT no entran a valorar estos despidos. «Nosotros ya denunciamos en su día la masificación de personal que había», explica Rosa María Caballero, delegada sindical de UGT. «Entre los despedidos había gente que se había pasado tres, cuatro o cinco meses sin aparecer por la oficina, y ya no te quiero contar durante la campaña». Caballero culpa a la antigua dirección del problema actual. «Han perjudicado a buenos y malos, pero es que han metido a mucha gente que no estaba haciendo nada».
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